martes, 12 de enero de 2021

LAMBÁN Y LA CIENCIA DEL SOPLAGAITISMO

Ana Cuevas

 Por la boca muere el pez y, en estos ciberténicos días mucha gente, por tener el dedo inquieto tuiteando la primera "jautada" que le viene a uno a  la cabeza. Eso le ha pasado al bueno de Lambán que solo se debe arrimar al árbol de la ciencia, buscando sombra, para evitar que se le chamusque la venerable calavera. Ese gatillo flojo dactilar del presidente de Aragón lo ha convertido, gracias a un controvertido tuit, en el muñeco de pim-pam-pum de una avalancha (no de nieve, no,) de duras críticas de parte de los especialistas en climatología.

¿Y todo por qué? ¿Por afirmar, grosso modo, que "Filomena" es una evidencia de que el cambio climático es un cuento de viejas y que nuestras montañas merecen una ampliación de las pistas de esquí para celebrarlo? Hay que ser susceptible para sospechar que el negacionismo de Lambán viene de la mano de la oportunidad para especular con el futuro de nuestras montañas. Ya se explicó el hombre diciendo que, los que nos oponemos al expolio natural en Castanesa, basamos nuestras creencias poco menos que en chamanes que viven debajo de las amanitas. Fundamentalistas del ecologismo que son un lastre para el desarrollo económico de la comunidad.

Y aquí radica el problema. ¿A quién beneficia realmente este business?  Pues, hasta donde yo sé, a unos particulares que piensan explotar los recursos y degradar nuestro patrimonio natural por un poco más de treinta monedas de plata. 
En cuanto a Lambán, quizás debería apearse del negacionismo "soplagaitisco" que nos asola, más pertinaz que la pertinaz sequía, y cerrar su cuenta en twitter. Al menos mientras tenga ese problema de incontinencia que lo retrata con meridiana claridad. Y no es una bonita foto.
¡Mira la que ha liado Trump por no saber contener su diarrea mental y expandir sus mensajes en tuits envenenados!
Y es que vivimos tiempos complicados en los que la tecnología es un arma de doble filo. Un campo abonado a los terraplanistas, negacionistas del COVID o del cambio climático, conspiranoicos de todos los plumajes y tontos útiles, en general, para que la estulticia germine a diestra y siniestra, literalmente.
Está bien cuestionarse las verdades absolutas sr. Lambán. Pero a la hora de sentar cátedra documéntese un poco. Para no hacer la risa y evitarse el bochorno más que nada. ¡Ah! y mis saludos a ARAMON, esa empresa que pasa de ciencias, licencias y otras paparruchas para sacar tajada de nuestras montañas. Somos viejos conocidos. Seguiremos en contacto. Un besi.

      DdA, XVII/4728     

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