Réplica, abierta, al periodista Diego Carcedo por su artículo La agonía del Polisario, publicado en 20 Minutos
José Ignacio Algueró Cuervo
Sr. Diego Carcedo:
Al leer el título de su artículo, me surgió la duda de si empleaba el término agonía en su acepción de “angustia y congoja del moribundo”, en la de “ansia o deseo vehemente” o en la de “lucha o contienda”. Una vez leído, entiendo que se refería usted a la primera acepción, y que considera al movimiento independentista, representante del pueblo del Sahara Occidental según la ONU (Res. 33/31 A, de 1978, 34/37 de 1979, y 35/19, de 1980, entre otras), un moribundo.
Tras calificar como “admirable” la obstinación de una parte de los saharauis, y “comparable a la de los numantinos” su heroicidad y su resistencia, pasa a contradecirse al juzgar dicha admirable obstinación como “anacrónica, en torno a una utopía sobre su futuro”.
Para justificar lo equivocado de la actitud del Polisario, afirma usted algo que denota una falta absoluta de objetividad, o una ignorancia imperdonable en un periodista de su experiencia: “No tuvieron muchas oportunidades de salir adelante en su empeño, pero las que se les brindaron por parte de las organizaciones internacionales las rechazaron”. Paso a argumentarle por qué no se puede sostener su afirmación:
-En agosto de 1974, España se compromete a celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental bajo los auspicios de la ONU.
-Cuatro meses después, la propia ONU le pide a España que paralice la consulta hasta que el Tribunal de La Haya dictamine si procede continuar con el proceso de autodeterminación, algo que éste resuelve afirmativamente en octubre de 1975.
-En julio de 1981, el rey Hassan II acepta en la cumbre de la OUA (hoy Unión Africana) la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sahara.
-En 1991 Marruecos y el Polisario firman el Plan de Arreglo, que establece un alto el fuego y la celebración del referéndum en 1992, y que es aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Marruecos boicotea el referéndum.
-En 1997 se firman los Acuerdos de Houston y se encarga a la MINURSO que culmine el censo de votantes; una vez conocido el mismo en 2000, Marruecos lo rechaza y se desdice de lo firmado en el Plan de Arreglo.
-En 2001, James Baker propone un Acuerdo Marco que incluye una autonomía bajo soberanía marroquí que es rechazada por el Polisario. El Consejo de Seguridad no aprueba el proyecto.
-En 2003 se presenta el llamado Plan Backer, que establece una autonomía de cuatro años, tras la que se celebraría el referéndum. Marruecos sólo acepta una autonomía dentro de su soberanía y rechaza el Plan, lo que provoca la dimisión de Baker, quien aludiría tiempo después a la persistente obstruccionismo marroquí como causa de que no se resolviera el conflicto.
-En 2007 se reanudan las negociaciones entre ambas partes, pero Marruecos sólo acepta la autonomía, y el Polisario pide que se cumpla lo que Rabat aprobó al firmar el Plan de Arreglo.
-En 2016, Ban Ki Moon, exsecretario general de la ONU, visita los territorios liberados del Sahara Occidental y habla de la “ocupación” del territorio.
A la vista de lo anterior, ¿quiénes rechazaron la posibilidad de llegar a acuerdos auspiciados tanto por la ONU como por la Unión Africana, y quiénes han incumplido sistemáticamente lo acordado? En todos los casos menos en uno, Marruecos, el país al que ni una sola organización internacional reconoce el derecho a ocupar el Sahara y a expoliar sus riquezas en beneficio propio y no de los saharauis.
El Polisario llegó a aceptar una autonomía siempre que desembocara en un referéndum, pero no puede aceptar que la autonomía sea la salida definitiva al conflicto. Si Mohamed VI persigue a los defensores de la autonomía para una región auténticamente marroquí, como es el Rif; si mantiene estrechamente vigilados y oprime a los saharauis que viven en el territorio ocupado; si permite que se asesine a saharauis (uno de ellos con nacionalidad española) en el asalto al campamento de Gdeim Izik, y que se dicten nueve condenas a cadena perpetua, y quince condenas a penas de entre dos y veinticinco años de prisión por participar en las protestas que tuvieron lugar en dicho campamento, y que fueron el origen auténtico de la Primavera Árabe, ¿de verdad puede aceptarse la autonomía como solución? ¿Cómo puede culparse a los saharauis de su situación actual sin que se le caiga a uno la cara de vergüenza? ¿No tiene nada que objetarles usted a los marroquíes, ni a la comunidad internacional, ni a una Unión Europea, que firma acuerdos de expoliación de las riquezas saharauis a sabiendas de que es ilegal?
Continúa usted su lamentable escrito refiriéndose al excesivo orgullo de quienes fueran ciudadanos españoles entre 1958 y 1975, a que las heroicidades tienen fecha de caducidad, a la necesidad de renunciar a una parte de la propia razón, a la falta de pragmatismo por no aceptar la autonomía a la espera de una mejor oportunidad… Y ahora, uno de los presidentes más nefastos, egocéntricos y crueles de la Historia de Estados Unidos viene a darle la puntilla a esa “simbólica república que encabeza el Polisario”. Una república que está reconocida por más de ochenta países, que es miembro fundador de la Unión Africana, y que ha resistido cuarenta y cinco años de ignominia, de afrentas y de silencio de gran parte de la comunidad internacional, con toda la dignidad que les falta a quienes no les permiten decidir su futuro y a quienes, como usted, los insultan con opiniones carentes de razón.
Señor Diego Carcedo: efectivamente, el Polisario agoniza, pero no por estar moribundo, sino porque lucha, y seguirá haciéndolo hasta conseguir que se haga justicia con la causa saharaui.
DdA, XVI/4705
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