viernes, 4 de diciembre de 2020

¿POR QUÉ CALLAN SI TODO ESTÁ EN ORDEN?



Paco Faraldo

Es curioso que un político con la capacidad de análisis político de Pablo Iglesias se manifieste imperturbable ante la épica caspocastrense que comienza a despuntar por aquí y por allá. “No amenaza quien quiere, sino quien puede”, creo que ha dicho, y cuesta trabajo saber de dónde viene esa tranquilidad. Porque aunque se trate de un mero acceso de cólera de cuatro ancianos a los que les tiemblan en el pecho las medallas ante la progresión imparable de su demonio familiar preferido - el comunismo- lo que debiera preocupar a la izquierda es la inexistente reacción del principal partido de la oposición y del resto del estamento militar. Según la ministra del ramo, todo está en orden y los militares apoyan en masa la Constitución pero, en ese caso, ¿por qué no han salido ya a la palestra los mandos en activo condenando a los testiculares patriotas que quieren poner a la mitad de la ciudadanía de espaldas a un paredón? Y si el PP defiende al estado democrático ¿por qué sus dirigentes huyen o callan si se aproxima un periodista pidiéndoles que se definan ante la actitud de quienes están pidiendo al rey el apoyo para una asonada que nos devuelva a los buenos tiempos? ¿Y el monarca? ¿Otra vez “wait and see”, como hizo papá cuando lo del guardia civil loco? Lo que hace que la situación sea verdaderamente grave es que el presidente del mayor partido de la derecha dice cosas como que "tenemos que defender la libertad como el bien más preciado que tiene el ser humano y por el que bien merece arriesgar la vida. Eso es lo que han hecho los valientes opositores cubanos y venezolanos, eso es lo que haremos la oposición en España", y la extrema derecha proclama que los que llaman al golpe “son de los nuestros”. ¿Quién da más?

Rafael Quirós

Algún que otro café tomamos a finales de los 70 del pasado siglo en la Cafetería Galaxia, que estaba al principio de Isaac Peral, en Moncloa, de camino a la Universitaria. El 11 de noviembre de 1978 bien pudimos tener de vecinos de mesa a Antonio Tejero y allegados -aquí, servidores de la patria (la suya)- preparando un golpe de Estado contra el Gobierno de Adolfo Suárez padre (Adolfo Suárez hijo tiene hoy escaño giratorio en la mesa del Congreso para dar la espalda en señal de repulsa, según a quién).
La 'Operación Galaxia' fue una charla de café, definida así por los propios tertulianos y sus acólitos, en sintonía con la nimiedad de las penas impuestas en el consejo de guerra a los cabecillas de la trama. Tres años después de aquella amigable tertulia rodeada de estudiantes con apuntes de clase, camareros diligentes y señoras con cardado merendando tortitas con nata, Antonio Tejero Molina entraba en el Parlamento español en visita de cortesía, con unos amigos de verde.
Dos conspicuos periodistas comentaban esta mañana en la radio, inefables ambos, la fruslería esta de militares jubilados chateando sobre pronunciamientos y paredones, en plena fiebre epistolar de sus anhelos salvapatrias al Rey. Eran los dos radiofonistas unos niños con pantalón corto cuando lo de Galaxia, aquel cafetín de finales de la Transición tan rico, rico y con fundamento que hasta el 23 de febrero de 1981 le llegó el aroma.

  DdA, XVI/4688

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