lunes, 28 de diciembre de 2020

LA VACUNA NO VALE CONTRA EL VIRUS DE LA MISERIA MORAL


Félix Población

Siguiendo el discurso de Albert Rivera, que después de su retiro por inútil de la política sigue ahondando en su desprestigio con mensajería tal como la de manifestar que el actual Gobierno se autopublicita con la llegada a España de la vacuna contra el coronavirus, Casado también abunda en lo mismo, dando uno y otro ejemplo de la desgracia que acompaña a su país con buena parte de su clase política. 

Al primero -y puede que también a su doble en activo-, al parecer, le ha molestado que el logo de Gobierno de España figure en los contenedores que transportaron tan valiosa mercancía desde Bélgica, como si cupiera poner otro destinatario que no fuera el que es. 

Cuando todas las naciones del entorno europeo al que pertenecemos están celebrado la mejor noticia de un año trágico para el planeta, el lidercillo del primer partido de la oposición no ceja en sus críticas sistemáticas, alegando esta vez el exceso de propaganda gubernamental que se está produciendo con la llegada de la vacuna a España, y reprochando de paso al ejecutivo el sistema de distribución de las dosis. 

Igualmente, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha aprovechado la buena nueva en estas fechas cristianas de paz y amor  para quejarse por el reparto de las dosis en lo que atañe a su región, que le parece bajo. Madrid va a recibir, sin embargo, el 13,9 de las vacunas en España, porque su población es el 13,8 de la que tiene el país. 

Mi amigo Goti, siempre tan agudo como conciso en sus observaciones, ha comentado el caso tal que así: En aquel desventurado país la llegada de la vacuna era motivo de confrontación política. El virus de la miseria moral era muy poderoso y no se conocía antídoto.

        DdA, XVI/4713      

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