lunes, 28 de diciembre de 2020

CITA CON RITA HAYWORTH EN EL CAFÉ ALCÁZAR DE GIJÓN


Félix Población 

Puede que no haya en la historia del viejo cine que deslumbró a nuestros padres, con todo el encanto propio de un arte que nació con ellos y que creció y se hizo a sus vidas adultas cuando estaban sumidos en el oscurantismo de la dictadura, nada tan eróticamente impactante como la canción interpretada por Rita Hayworth (Margarita Cansino) y el lento desnudamiento del guante de su atractivo brazo derecho en Gilda. 

El film pasó la censura, pero el obispo Pildaín Zapiaín, que lo era de Canarias y debía entender de los pecados de la carne, amenazó con la excomunión a los espectadores, provocando la consiguiente publicidad añadida a la película y el apoyo de los sectores más conservadores en contra de la misma, hasta el punto de que grupos de falangistas llegaron a provocar disturbios ante las salas de cine donde se proyectaba, como ocurrió en la ciudad de Málaga, con lanzamiento de tinteros contra la taquilla y la cartelera del local. 

La película de Charles Vidor, con Glenn Ford como partenaire, data de 1946, cuando la actriz contaba 27 espléndidos años , y pudo haberse estrenado en Gijón como en otras ciudades del país a finales de 1946 o en los primeros meses de 1947, siendo acogida con la expectación propia de un film al que el citado obispo había dado la excitante notoriedad de lo prohibido, imaginando el respetable posiblemente mucho más estriptís que el interpretado por la protagonista con solo deslizar el guante negro a lo largo de su brazo derecho. 

Tal impacto mediático, que convirtió Rita en todo un mito erótico que no se diluyó sino que se acrecentó con los años, influyó con toda seguridad para que Emilio Gómez (Liomi), director del diario gijonés Voluntad, perteneciente a la prensa del Movimiento,  decidiera dedicarle a la insólita arribada de la actriz a Gijón, en diciembre de 1952, toda la cobertura que tal inusitado episodio merecía. Aparte de una llamada en primera página como adelanto de la información que se publicaba en ese número, la última página del periódico ofreció todos los detalles de la inesperada llegada de la actriz, así como una entrevista con Rita a modo de gran exclusiva mundial. Así, en la portada leemos: Rita Hayworth en Gijón. Llegó anoche de arribada forzosa en un yate de su propiedad. Esta tarde, a las cuatro, proseguirá el viaje a Vigo, para embarcar hacia Nueva York 

 

Ya en la contraportada, los titulares especifican que la llegada se produjo de madrugada como consecuencia del mal estado del mar, al registrarse una avería en el yate de la actriz que la obligó a hacer escala en el puerto gijonés. El texto lleva como ilustración una fotografía a tres columnas en la que aparece Rita sentada, en compañía de cuatro varones, entre los que figuran los tres periodistas del diario, el director Liomi,  y los redactores Arcadio y Tornero, y posiblemente el gerente del hotel Saboya, situado en la calle Corrida, muy cerca de la dársena local. 

El encuentro tuvo lugar a una hora tardía de la madrugada -disputándole la exclusiva a El Comercio, el otro diario gijonés, según leemos-, y las particularidades de la entrevista apenas aportan más información que la habitual en el género, con algunas preguntas personales un tanto indiscretas. Lo cierto es que lo más consistente de la interviú fue la caricatura de Arcadio, y también lo más real, junto al montaje que hubo de hacer el fotógrafo del diario con una imagen de archivo de la actriz, supuestamente al lado de los periodistas que la acompañan muy complacidos por tan inaudita exclusiva.


El periódico -siguiendo la costumbre propia del día de la fecha, 28 de diciembre- se limitó a gastarles a los gijoneses una inocentada a toda página en plena posguerra, sin que se sepa si hubo algunos jóvenes mitómanos -de los que se extasiaron sin duda con el sugestivo contoneo de Gilda en la oscuridad del cine- que, al leer tan desproporcionado espacio tipográfico dedicado a la noticia, pudieron sentirse llamados a comprobarla,  acudiendo expectantes al día siguiente hasta el viejo y espacioso café Alcázar, el antiguo Gran Cafe Colón situado en la esquina de la calle Corrida con Munuza, a comprobar si era verdad que la más seductora actriz de aquellos años se estaba tomando un coctail de gambas a la hora del aperitivo, tal como apalabró con Liomi la noche anterior en la ficticia entrevista. 

Mi estimado Luis Miguel Piñera, que tan bien conoce la historia de aquella villa nuestra, glosó en el diario La Nueva España esta noticia muchos años después, dejando constancia en Google de su artículo con este titular: Cuando Rita Hayworth estuvo en Gijón. Obviamente, al encontrarlo no me resistí a leerlo y buscar la fuente de su información en el desaparecido periódico. Como Liomi y sus redactores en su día, Piñera publicó su artículo un 28 de diciembre, más de medio siglo después, dando pie a que se creyeran el titular en Google algunos inocentes más de los que seguramente se pudieron creer la noticia en la la triste y oscura posguerra.

   DdA, XVI/4713   

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