martes, 1 de diciembre de 2020

EL CORONAVIRUS LE HA VENIDO DE PERLAS A "AMAZON"

 


Vicente Bernaldo de Quirós


Siempre he tenido mucha prevención hacia quienes predican que las épocas de crisis son aquellas en las que aparecen las mejores oportunidades para prosperar. Posiblemente porque son siempre las mismas personas las que salen beneficiadas de los momentos más convulsos y este recelo me hace desconfiar de los profetas que esparcen estas tesis.
   En una crisis como la actual no podía visibilizarse este resurgimiento de los más oportunistas, que, a la espalda de las circunstancias han saco un jugo extraordinario a la confusión política, social y económica existente. Y en esta pandemia hay claros vencedores y grandes perdedores.
   En el capítulo de los beneficiados and the winner is, así escrito en perfecto pijinglish, es claramente Amazon, la compañía de distribución que te lleva a tu domicilio los productos más variados y hasta los más inverosímiles, porque ni el confinamiento ha parado su funcionamiento y porque el miedo de los ciudadanos a socializar les ha llevado a acomodarse en su casa y esperar a que un riders a buen precio y sin más esfuerzo que una llamada telefónica le condujera hasta su casa desde lo más necesario a lo más  superfluo.
   Y esta ventaja obtenida durante el encierro general ha continuado en la desescalada porque el personal nos hemos hecho muy comodones y siempre pensamos en el corto plazo sin darnos cuenta de que Amazon va contra nuestros intereses, aunque no nos percatemos de ello.
   A todas las personas de mi entorno que les aconsejo evitar Amazon porque son un peligro evidente para el pequeño comercio de nuestros pueblos, pero también para las grandes empresas de distribución que supuestamente pagan los impuestos que les corresponden y que estas operadoras no hacen de manera ortodoxa y que crean puestos de trabajo que Amazon no quiere asumir, Digo que todos a los que interpelo me responden que es cómodo y barato.
   Ambos argumentos son ciertos, pero reflexionemos sobre lo que significa que no es otra cosa que competencia desleal porque no tienen plantillas regularmente establecidas (a ver cómo se gestiona la sentencia del Tribunal Supremo que estipula relación laboral entre los repartidores de Glovo) y no tienen ni los gastos ni la fiscalidad del resto de empresas de distribución.
   En resumidas cuentas que a Amazon le ha venido de perlas el coronavirus y su cuenta de resultados ha supuesto una inyección económica extraordinaria para la compañía de Jeff Bezos, que seguro que firmaría una segunda, una tercera y una cuarta ola, siempre y cuando los dividendos obtenidos fueron los mismos o aún más.
   Ojo, que yo no digo que Bezos y los grandes integrantes del consejo de administración de la empresa estadounidense, sean los responsables del nacimiento del virus y de su expansión. Y lo digo para que los manipuladores de las redes sociales no reboten lo que yo no he dicho. Pero estoy convencido de que a los dueños de Amazon no les hará derramar lágrimas la falta de control de la enfermedad.
   Es lo que yo  llamo aprovechar las oportunidades y sacar rédito de una tragedia. ¿Tiene arreglo?. Por supuesto, Se trata de que los estados cumplan con su papel e impongan la tributación fiscal acorde a los resultados obtenidos. El coronavirus no puede hacer más pobres a los pobres, pero tampoco puede permitir que los ricos se hagan multimillonarios jugando con ventaja. Es lo idóneo.

       DdA, XVI/4585           

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