domingo, 8 de noviembre de 2020

POR UNA REPARACIÓN HISTÓRICA DE LA VIEJA ARQUITECTURA CIVIL DE GIJÓN

 


Félix Población

Que yo sepa, palacetes como el que se ve en la fotografía,  han sobrevivido muy pocos en Gijón, una ciudad que hasta los años setenta del pasado siglo sí contaba aún con bastantes. El que se ve en la fotografía, ya desaparecido, fue proyectado por Mariano Marín Magallón en 1897 para Epifanio Alvargonzález y estaba situado en el cruce de las calles Concepción Arenal y Celestino Junquera, en pleno centro urbano de la ciudad. Al final de sus días era propiedad de María de los Ángeles Riva y Ramos de la Peña, padres de Cristina y Luis Ángel de la Peña. En su interior había frescos del pintor de marinas por excelencia, Martínez Abades.  Llevado acaso por la seducción del recuerdo y el aura nostálgica que da a toda mirada retrospectiva la niñez, pero también por la belleza arquitectónica que tenían estos edificios para quienes crecimos familiarizados con su presencia mientras se desataba la fiebre del ladrillo, muchas veces he pensado en la posibilidad de tributarles un suerte de homenaje permanente. Consistiría en habilitar  un lugar a modo de museo en el que se pudieran mostrar a pequeña escala las maquetas de todo aquel patrimonio arquitectónico de palecetes, casonas y edificios civiles de la ciudad que fueron víctimas de la inmisericorde piqueta y que, siempre que los observamos en las viejas fotografías, no hacen lamentar su derribo. Se contribuiría con ello a la merecida reparación histórica de aquella primorosa arquitectura civil de finales del XIX y principios del XX, sobre la que el codicioso desarrollismo de los años sesenta de esta última centuria actuó de manera harto cruel. Brindo la idea al actual Ayuntamiento de la villa, a la que añadiría en el mismo proyecto, a modo de gran maqueta de aquel Gijón perdido, la recreación de los viejos kioscos octogonales de estilo modernista vienés, en los que algunos aprendimos a realizar nuestras primeras compras de tebeos y golosinas, y que tan a juego con esa arquitectura estaban ubicados en parques y plazas, como los que había en Los Campinos de Begoña, que yo recuerde.


DdA, XVI/4661

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