miércoles, 25 de noviembre de 2020

LA INCIDENCIA DEL PERIODISMO BASURA EN LA OPOSICIÓN POLÍTICA

Félix Población

No lo escucharemos ni leeremos en la voz o en las teclas de ningún periodista español en ejercicio, pero cuando un profesor universitario como Antonio Losada ha alcanzado la nombradía y visibilidad mediática suficientes, su opinión es merecedora de relevancia, pues es uno de los analistas que más frecuentan las tertulias radiofónicas y los platós de televisión. 

Losada es profesor titular de Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago de Compostela y no ha tenido pelos en la lengua al asegurar que al periodismo español le pasa algo que también ocurre en otros ámbitos y en otros sectores de la realidad social y política, con la particularidad de que en el periodismo se percibe de un modo mucho más manifiesto por su exposición pública. 

Existe un periodismo libre e independiente en España, afirma Losada, o al menos que lo intenta -matiza-, pero en mi opinión es el que menos se percibe o menor incidencia tiene en la sociedad. Lo que abunda -y sí tiene mayor repercusión pública- es el periodismo basura, por lo que sería necesaria una limpieza a fondo, a juicio de don Antonio. 

Lo que no aporta el profesor gallego es el método para acabar con la basura, sobre todo cuando la acumulación es creciente y no deja de dar muestras de incrementarse por la mefítica influencia que sobre los medios está teniendo la inmundicia del bulo y la tergiversación informativa prodigada por las redes sociales. 

El peso que todo ello puede tener sobre la democracia está siendo muy nocivo y podría serlo aún más. Sobre todo porque de la basura periodística afín a su ideario se está nutriendo la estrategia política de la oposición, tal como estamos comprobando estos días con la nueva Ley de Educación.

RADIO SURESNES

Paco Faraldo

Imaginemos por un momento que la prensa digital más honesta no existiera y nos daríamos cuenta del insoportable tufo de conservadurismo y frivolidad que emana la inmensa mayoría de los medios informativos del país. No hay más que ver las empresas y los personajes que financian a los principales diarios y emisoras para percibir de qué pie cojean esos órganos de comunicación; en la España periférica y rural, salvo excepciones, el fenómeno se acentúa, y los caciques y empresarios locales no se cortan un pelo, se hacen directamente con la propiedad de los medios y los ponen al servicio de las opciones políticas afines.
Duele especialmente la deriva de alguna cadena radiofónica que habiendo contribuido, aunque a menudo “pro domo sua”, a la recuperación social y cultural de un país sometido a los rigores de una dictadura de varias décadas, actúa ahora como correa de transmisión de las consignas de caducos ex líderes empeñados en retornar al modelo político bipartidista en el que tan confortables se encontraron durante demasiado tiempo. “Ha llegado el momento de parar el desmadre izquierdista que tanto les asusta y hay que volver a los orígenes”- se dicen. Y a ello se aplican los navalones, los pedro pérez, los florentinos, los cebrianes. Como homenaje a los fundadores, ya tienen el nombre para la emisora principal de la nueva cadena: Radio Suresnes.

    DdA, XVI/4679   

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