jueves, 26 de noviembre de 2020

"GOLFA", UNA LECCIÓN DE EDUCACIÓN SEXUAL, MÁS QUE TEATRO*


Alicia Población

El pasado 12 de Noviembre se estrenó en el Teatro Galileo Golfa, montaje teatral dirigido por José Padilla y producido por Alicia Álvarez (Primera Toma) en colaboración con Carlos Carbonell (Crémilo). La obra surge, nos cuenta la productora, de la necesidad de información ante la carencia de educación sexual durante la adolescencia y la juventud. ¿Por qué a día de hoy sigue sin haber espacio para la educación sexual en el ámbito educativo?

Golfa es un espectáculo transmedia, que va más allá de las paredes de un teatro. A lo largo de la función se utilizan medios audiovisuales y redes sociales para trasgredir los límites del escenario y hacer del público un personaje más. Y es que es el juez de la obra. Jordán, uno de los personajes, dirige una sesión de sexología que surge ante la necesidad de conocer al autor de una pintada en la pared que reza “GOLFA”.

A lo largo de la obra se tratan numerosos temas relacionados con el sexo y la sexualidad desde una perspectiva de género. Abruma la cantidad de puntos a tratar que ofrece el guion, desde el lenguaje inclusivo a la masculinidad tóxica, pasando por la pornografía, el consentimiento, el uso del piropo o la diferencia entre follar y hacer el amor, cuestión que se dirige directamente al público. Todo a raíz de los insultos que recibe una de las protagonistas, supuestamente por terminar la relación con su novio.

Durante la discusión que conforma el guion los personajes plantean al público cuestiones como la educación en los cuidados, de la que carece la población masculina, y ofrecen datos estadísticos con un lenguaje coloquial y ameno que hace entender al público la necesidad de una educación sexual con perspectiva de género. Y es que en nuestra sociedad el sexo se trata desde dos prismas completamente opuestos, bien como tabú, derivado posiblemente de los años de dictadura, bien como la más tóxica de las libertades sexuales. “Se oscila entre dos extremos sin punto medio: o se va a los mitos del amor romántico, tratando de preservar un infantilismo de princesas Disney, o se va a la casi fetichización perversa de ese rango de edad.”, cuenta José Padilla en una entrevista.

En un espectáculo de poco más de una hora se agolpan en el escenario asuntos que deberían tratarse punto por punto y detenidamente no solo en las aulas, casi como asignatura de primer nivel, sino también en casa, con la familia. Esto es lo que propone Golfa que nos ofreció además un coloquio final en compañía no solo los actores, director y productora, sino también el sexólogo profesional Cristian Gallego, asesor pedagógico de la fundación Sexpol, que ha colaborado en el montaje de la obra.

Visto lo visto, la educación sexual sí es necesaria.

*Crítica publicada también en Aquí Madrid

     DdA, XVI/4680     

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