Félix Población
Estamos asistiendo estos días al espectáculo más bochornoso que ha ofrecido la democracia norteamericana a lo largo de su historia y que ojalá no sea indicio de su definitiva y peligrosa decrepitud. El que ya parece un presidente derrotado, Donald Trump, pretende resistirse a serlo mediante todo tipo tipo de falacias y trapacerías. Culmina así su deplorable trayectoria en la Casa Blanca, de la que el diario The Washington Post ha hecho puntual balance durante un trienio: las afirmación falsas y engañosas perpetradas por Trump rondan la 15.500, a un promedio de 14,6 al día.
Sin embargo, en contra de lo que parecería desprenderse de tan mal ejemplo por parte del primer mandatario del país cuya democracia ha sido y es la más ensalzada, no parece que en el nuestro desestimen ciertos políticos, critiquen o reprochen lo que ocurre en USA. Antes bien se imita por parte de la derecha conservadora, émula de Trump.
Lo que escuchamos en el vídeo que ilustra este artículo por parte de la presidente de la Comunidad de Madrid, a propósito de las críticas a su desastrosa gestión de la crisis sanitaria a cargo de la diputada y doctora en Medicina Mónica García, sitúan a esa sujeta en el rasero más bajo de su calamitoso gobierno. Es de esperar que el apoyo prestado por Ciudadanos para que Ayuso se mantenga en su puesto le cueste un duro varapalo en las urnas.
El asesoramiento personal que le está otorgando a doña Isabel Díaz ese periodista indeseable que responde a las iniciales de MAR se trasluce en episodios tan nauseabundos como el que ayer protagonizó su jefa, dando voz y vómito a su vil y tabernario guión. Más sucia no ha podido quedar la curva de su boca, presidenta. ¿O todavía se puede superar el autor de su libreto?
PS. El ministro de Sanidad advirtió a Ayuso hace semanas que de no tomar medidas en Madrid, se pondría en riesgo al resto de España.
DdA, XVI/4659
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