sábado, 3 de octubre de 2020

TODO UN HUMANISTA CONTARÁ LA HISTORIA DE ESPAÑA: VAQUERIZO

 


De verdad que estamos muy necesitados de que la Historia de España -sobre todo la contemporánea- sea conocida por quienes la habitamos, sobre todo por las jóvenes generaciones. Una historia que se atenga a los principios científicos que la hacen materia de investigación y conocimiento en en país democrático. Por eso lo que tan acertadamente comenta Alberto Vila en La última hora nos parece muy significativo no solo de la frivolidad con la que se trata esa necesidad, sino del desprecio inaudito a quienes como profesionales de la Historia estarían llamados a ese cometido. No nos extrañaría por eso que esa historia contada por Vaquerizo estuviera a la altura de su locutor.

Alberto Vila          

En este despropósito mediático dispuesto a todo menos a relatar la verdad, nos hemos enterado que un gran humanista se hará cargo de contar la Historia de España. Mucho me temo que se dejará llevar por los textos que le preparen a tal efecto desde los escribidores de la historia oficial. La que hace decir a los adolescentes que Franco era un gran gobernante, hasta los que niegan la trágica realidad que se vivió en este país desde 1936.

Era hora que estos apóstoles del statu quo sigan su camino hacia la consolidación de los textos que hagan de la mentira su verdad de fe. El exterminio de los disidentes. Los bebés robados. El gran saqueo del Borbón. Las batallitas del desmantelamiento de la sanidad pública, de la educación, o de la construcción de la aporofobia que los deja en evidencia, culpabiliza a los más vulnerables. Sacrifica a los excluidos. Extermina a los innecesarios, los viejos incinerados con rapidez. Tanta, cuantas causas archivadas se ejecutarán. Porque si no habla de esta realidad histórica es preferible que no se atreva a semejante ofensa.

Sin embargo, lo previsible es que el anuncio del programa que tendrá como protagonista a este increíble personaje, confirmará los valores distintivos de los grupos mediáticos españoles. De los que no se exime RTVE, que día a día se esfuerza por sumarse a la máquina del fango. Todo vale. Lejos están los tiempos en el que los comunicadores se proponían considerar a los medios de comunicación como vehículos de perfeccionamiento. De transmisión de valores en la Televisión Pública. La televisión de todos.

En todos los medios, cada vez se prostituye más la calidad, la nobleza de los actos honestos, en aras del perverso espectáculo que sólo procura sangre, sucesos y sexo, a cambio de audiencias. En este punto, se debería tener presente lo que presenciaron los espectadores aquel día de 1974 durante la emisión del talk show Suncoast Digest, de la emisora ‎WXLT-TV. La presentadora, Christine Chubbuck, a los ocho minutos del programa pronunció las siguientes palabras: "… de acuerdo a la política del Canal 40 de brindarles lo último en sangre y entrañas a todo color, están a punto de ver otra primicia: un intento de suicidio".

De modo decidido, con mano temblorosa pero firme, la presentadora sacó un revólver del calibre 38 de debajo de su mesa y, apuntando directamente a la parte trasera de la cabeza se disparó y una nube de humo se formó a su alrededor. Lo que dio lugar a la sorpresa de los miembros del plató. Durante unos segundos interminables el silencio reinó en el estudio. Tanto el director como los operarios de cámara esperaban que Chubbuck se levantara. Llegaron a pensar que era una broma. Pero no. no había sido una broma de mal gusto sino el suicidó en directo de la presentadora.

Las audiencias de los medios suelen ser propensas a confundir la realidad con la ficción. Con voracidad consumen basura. Las expresiones más abyectas de la condición humana se exhiben sin el menor recato. Son receptivas a la falsedad y a la mediocridad hecha espectáculo. Todo en pro del beneficio de las cuentas de resultados por publicidad. Aunque realmente sus líneas de programación atienden a la perversión del gusto, a la destrucción sistemática de los valores que premian el talento y el esfuerzo.

Cualquier insolente iletrado puede aspirar a resultar ser el evangelista de la nueva España. La falta de escrúpulos y la ausente moralidad de los que deciden en los medios no hace esperar más que penurias éticas sobre las incautas personas que consumen desprevenidas la propuesta de coprofagias que les presenten. Me pregunto si estamos en los momentos previos a conocer los Evangelios según Vaquerizo.

      DdA, XVI/4627     

1 comentario:

Angeles dijo...

Cuando cualquiera parece que puede dar clases de lo que sea.

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