sábado, 3 de octubre de 2020

LA "HIGIENE" FASCISTA ES LA QUE APESTA EN ESPAÑA



PAF (Pablo Álvarez Fernández)

A mí, que la ultraderecha nos llame sucios, me pone, que queréis que os diga. La afirmación es tan ridícula que me causa tanta risa como ver sus caras cubiertas con calzoncillos militares. Risa por un lado y asco por el otro, ya que, detrás de élla, se vislumbra a leguas el clasismo y la aporofobia que destila esta manada de gañanes.

Para el fascismo la clase obrera es sucia y repugnante, toda, sin excepción, incluidos esas y esos desclasados a los que engañan con patrias, banderas, coronas y demás parafernalia. Vosotras y vosotros, obreritos de derechas, también les dais asco, sois sus peones, sí, pero jamás se juntarían con vosotros, de hecho, no os tocarían ni con un palo. A nosotras y nosotros nos odian, no pueden manejarnos y les duele, pero a vosotros os humillan, se carcajean de vuestra ignorancia. Hacéroslo mirar, que es muy grave lo vuestro.

Las y los obreros de este país tenemos que sudar mucho para ganarnos el pan, algo que esta chusma no ha hecho jamás, y por esa razón, entre otras muchas, nos duchamos y aseamos a diario. A ésta cacía , que no sabe lo que es doblar el espinazo, con toallitas y perfume les basta. Son sucios por fuera, pero por dentro lo son aún más.

La higiene corporal les cuesta, pero la higiene mental, que es incluso más importante que la otra, no la conocen.Sucio es clasificar y juzgar a la gente por su posición social y su capacidad económica.Sucio es despreciar al prójimo por el color de su piel y su procedencia.Sucio es descalificar al feminismo y bailarle el agua a maltratadores, violadores y asesinos de mujeres.Sucio es humillar a alguien por su orientación sexual. Sucio es despreciar a las víctimas del fascismo y enaltecer al dictador y sus sicarios. Todo eso sí que es sucio y muestra la podredumbre de quienes lo llevan en su ideario.

Ellos son las y los herederos de la tiranía y el caciquismo, los que un día esclavizaron a nuestras abuelas y abuelos. Quieren volver a los tiempos de la miseria, vernos hacinados, muertos de hambre y sin alfabetizar. Son estas bestias quienes añoran esa suciedad.

No lo van a conseguir, con sus insultos y calumnias nos hacen más fuertes. Y recordad, que no lo olvide nadie, está más limpio nuestro ojete que la boca de Abascal, Olona, Seguí o cualquiera de esa banda de parásitos. Si hay algo que apesta en este país, no es la clase trabajadora, es el fascismo.

DdA, XVI/4627

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