sábado, 10 de octubre de 2020

¿PUEDE REVIVIR HITLER?

Félix Población

Estamos viviendo un periodo en extremo grave en Occidente, al que en España añadimos un cainismo retrógrado e incivil, impropio de un país civilizado, que debería apestarnos porque está poniendo en juego la salud y el porvenir de toda una nación. 

En pleno estado de alarma 1, se convocaron manifestaciones en el barrio de Salamanca de Madrid que llegaron a ser comprendidas por la mismísima presidenta del gobierno regional. Como no podía ser de otro modo, a la vista de la amabilidad con la que fueron tratados los manifestantes por la policía en esa primera ocasión, bastó que un segundo estado de alarma se declarase ayer en Madrid por el Gobierno central para que en ese mismo barrio potentado de la capital se juntase posiblemente el mismo personal, ante la pasividad reincidente de las fuerzas policiales. 

Como es sabido y fue bien visto, no ocurrió lo mismo en el barrio popular de Vallecas, ante las medidas discriminatorias adoptadas por la señora Ayuso. Las imágenes dieron fe de la flagrante disparidad con la que los agentes del orden se portaron en uno y otro caso: contemplativos en el que el lector supone y represivos en extremo con los manifestantes vallecanos.

Pero si comento este episodio no es sólo por algo tan llamativo que está ocurriendo con un Gobierno progresista al frente la nación, sino porque ayer, en el instante en que las cámaras de Cuatro entraban a informar en directo de la concentración en la calle Núñez de Balboa, uno de los concurrentes gritó al micrófono de ese canal y a rostro tapado lo que sigue: “Hijo puta, demócrata de mierda. ¡Viva Hitler! ¡Viva Hitler!”. 

Este año se cumplen 75 del suicidio del dictador nazi en su bunker de Berlín. Aunque sea la voz de un solo grito la que lo haga vivir en una calle madrileña, no se nos debería pasar por alto en un país en el que Hitler y su camarada Mussolini hicieron posible la imposición de una dictadura de cuatro décadas. No olvidemos el efecto que las crisis económicas originan en los salvapatrias. En España tenemos uno en la reserva que ha puesto estos día su tupé a teñir, émulo de Trump.

DdA, XVI/4634

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