Félix Población
Acabo de
escuchar a la máxima autoridad científica española -si en esto se puede establecer
categorías tan taxativas- en el virus que azota el mundo occidental y ha sido
sabia y diligentemente controlado allí donde tuvo su foco. Se llama Luis Enjuanes,
tiene 75 años de edad y dirige el Centro Nacional de Biotecnología.
Este señor
ha expresado con rotunda claridad lo que muchos pensamos y se hizo claramente
en China: Es mejor hacer intervenciones duras y cortas contra el virus que
andar tonteando, porque de esta manera no se ataja el problema. Enjuanes
considera que la gestión sanitaria en la Comunidad de Madrid no tiene ni
pies ni cabeza. Tan es así que parece propia de retraso mental, afirma: «Los números de
contagios que hay son tremendos y todavía ponen impedimentos para que se
apliquen normas que son absolutamente necesarias. Es de una incultura política
increíble”.
La lógica
del eminente virólogo al anteponer la solución de la crisis sanitaria a
cualquier otro objetivo que se pueda poner como excusa -como el económico-,
hace aún más denigrante y bochornosa la desastrosa gestión del gobierno
regional madrileño. Sobre todo si se tienen en cuenta las informaciones recientemente publicadas
por el diario El País.
Según este
periódico, diputados del Partido Popular examinaron informes del Departamento
de Seguridad Nacional en las semanas previas a la eclosión de la pandemia, que
luego filtraron y manipularon con frases incompletas al diario El Mundo, para
que este periódico las publicara a fin de culpar al Gobierno del avance de la
pandemia en España.
Según esa
versión tergiversada, el Ejecutivo habría recibido y desoído hasta once alertas del
Departamento de Seguridad Nacional sobre la peligrosidad del coronavirus entre
el 24 de enero y el 14 de marzo. Incluso
Vox, que tuvo acceso a esos mismos documentos, ha reprochado al Partido Popular
esa filtración por lo que implica de desprecio a la seguridad nacional.
Cuando
Luis Enjuanes considera propio de retraso mental la gestión de la pandemia en
la Comunidad de Madrid está eludiendo el calificativo que se atiene a la penosa y vergonzosa realidad y que cada madrileño deberá expresar con las palabras más justas. Yo no tengo otras más que vergüenza e indignación. De retraso mental podría ser más bien la pasiva actitud de la oposición a ese gobierno, con Ángel Gabilondo al frente, poniendo un lamentable punto final a su carrera política.
Álvaro Noguera
DdA, XVI/4638
No hay comentarios:
Publicar un comentario