martes, 13 de octubre de 2020

LA CATEDRAL DE LEÓN ESTÁ ENFERMA DE HERMOSURA

 La catedral de León hizo que me entusiasmara por el arte desde la temprana edad en que la admiré, casi al tiempo que crecía en los primeros amores y lecturas poéticas. Nunca podré ser ajeno a una bella imagen que estampe su belleza, como con toda seguridad le ocurre a mi amigo y colega Félix Maraña, que ayer, al tiempo que contemplábamos la que ilustra esta brevería, tuvo la inspiración y emoción de escribir los versos que siguen y yo he leído y copiado, llevado del mismo o muy semejante  sentir:



Félix Maraña

ELLA

Luce en la ciudad oscura
de humedad, historia y glosas,
brilla y relumbra en sus losas
y realza su figura.
Alumbra de noche a día
y resalta si anochece,
a ninguna se parece,
ninguna se atrevería.
Su belleza no perece
y a cada mirada crece,
dando renombre a León.
No es su piedra ni su hechura:
Está enferma de hermosura.
No admite comparación.
[Para Andrés Martínez Trapiello, que nos surte de imágenes para alimentar y sostener la nostalgia del origen].
SILENCIO
De la base hasta el crucero,
de la vidriera al balaustre
todo es armonía ilustre,
obra del mejor cantero.
Arquitectos, nobles, sabios,
y pueblo que en derechura
puso verbo, arquitectura,
puso música en sus labios.
Lo mejor de todo aquello,
que la historia ha conjugado
y los confines cantado,
noble Martínez Trapiello,
es la herencia que ha legado:
por su silencio resuello.
[Para
Eugenio Marcos Oteruelo
, fotógrafo exigente, y para
Jorge Mato
, que sabe hacer catedrales].

DdA, XVI/4637

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