Una parte considerable del Partido Popular, representada por los gobiernos de las comunidades de Madrid y Galicia -con Pablo Casado al frente como líder de la oposición- , vuelve a disentir con el Gobierno central acerca de la duración de la llamada restricción del movimiento nocturno, mal llamada toque de queda.
La posibilidad de que se aplique
durante seis meses -aunque sólo sea una posibilidad a tenor de lo que ocurra en
ese tiempo- le parece a don Pablo excesiva y propone que sean ocho semanas, con
vistas a que durante las fechas navideñas se pueda mantener la actividad económica
que se genera en esa etapa. No tiene en cuenta Casado que la expectativa del
turismo veraniego fue lo que, en opinión de eminentes virólogos, precipitó lo que
se dio en llamar desescalada y con ello la gran incidencia del virus en esta segunda ola.
Es de felicitar que el gobierno conservador de la región de
Murcia no mantenga en esta ocasión la postura de don Pablo ni la de los
presidentes de Galicia y Madrid, mostrándose de acuerdo con el Gobierno de
España y dispuesto a la máxima colaboración. Desde el minuto uno de esta
gravísima crisis sanitaria es lo que nos han enseñado los países de nuestro
entorno, donde actitudes tan cerriles y catastróficas como la de Ayuso y su jefe Casado no son concebibles.
A propósito de la presidenta madrileña, son de resaltar sus
absurdas y elusivas declaraciones a TeleMadrid al negarse a dar respuesta a la
contratación de personal sanitario para el nuevo hospital construido en esa
región*. Es una pregunta que yo también eché de menos después de la
comparecencia de Pedro Sánchez para anunciar el estado de alarma: Si la precarización
laboral y el insuficiente número de personal sanitario, como consecuencia de
los recortes en el sector, fue claramente insuficiente para hacer frente a la
primera ola de la pandemia, ¿qué se ha hecho desde entonces en este sentido?
Acabo de leer que en Italia el Gobierno de Giuseppe Conte, con el que acaba de entrevistarse Sánchez, ha decidido destinar 4.000 millones de euros en su presupuesto de 2021 para contratar 30.000 médicos y sanitarios. No he leído lo mismo hasta ahora en España y sí que, según denunció el activo y elocuente diputado Pablo Fernández -uno de los que mejor hace uso de nuestra lengua-, la Junta de Castilla y León dejó sin nueve médicos a algunas localidades de la provincia de Soria por finalizar su comisión de servicio.
*Confirmado por el consejero de Sanidad: no habrá nuevas contrataciones para el nuevo hospital de pandemias a inaugurar esta semana en Madrid.
DdA, XVI/4651
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