jueves, 24 de septiembre de 2020

LUCHA DE CLASES EN LAS PUERTAS GIRATORIAS

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   La diana de los nuevos contubernios judeomasónicos que siempre se sacan de la manga las derechas en sus distintas formas es, evidentemente, la izquierda del PSOE, es decir, Izquierda Unida y, sobre todo, Podemos. Es lógico, pues, que el nombramiento para el consejo de administración de Enagas de un asesor de la formación morada haya recibido el rechazo de las fuerzas políticas adversarias en el arco parlamentario.

    Los valedores de la teoría abolicionista de la lucha de clases han vuelto, esta vez por omisión, a demostrar su existencia. Creo que fue el rico multimillonario Warren Buffet, inversor y con más dinero que cinco amancios ortega juntos, quien dijo aquello de que la lucha de clases existe, "...y además, la estamos ganando".

   Esta vez la lucha de clases de la política española se ha ubicado en las llamadas puertas giratorias, es decir, aquellos cargos seleccionados para los políticos que dejan sus cargos electos o de asesoría para ingresar en un consejo de administración de las empresas del Ibex 35, con remuneraciones muy apetitosas. La elección por el Gobierno del asesor de Podemos, Cristóbal Gallegos ha sido el aldabonazo para que las derechas de todo tipo sacaran sus lenguas a pacer.
   En realidad, el caso de Cristóbal Gallegos no es un ejemplo evidente de puertas giratorias, ya que su nombramiento fue realizado por el Gobierno en su cuota de designación de consejeros para una empresa en la que tiene participación accionarial y no por el propio consejo de admnistración a propuesta de un integrante.
   Da igual que destacados dirigentes y ex presidentes de organizaciones del bipartidismo como José María Aznar o Felipe González hayan sido beneficiados de esta política de puertas giratorias con sueldos de escándalo sin renunciar a su condición de miembros del Consejo de Estado, que lo crucial es que entre los designados haya un tipo de Podemos, quien por otra parte, había sido miembro de la comisión que creó Mariano Rajoy para el estudio de la transición ecológica. Pero que interés tiene un científico contra dos ex monclovitas sin puta idea de electricidad, pero con contactos con personas de interés por su condición de ex presidentes.
   A nuestros patridiotas de amplio espectro les encantaría que la época del turnismo no hubiera terminado y como en la época de Cánovas y Sagasta, ahora robas tu, que luego robo yo. Pero el bipartidismo se acabó para suerte de los españoles y del pluralismo democrático y para desgracia de los poderes fácticos que tanto presionan a los gobiernos para saber "que hay de lo mío".
   Yo no sé si Cristóbal Gallego obrará bien o mal en su nuevo cargo. Por sus obras lo conocereis, pero lo que no tiene un pase es que se le impida ejercer una labor para que la que se le supone su valía, solo por no militar en el mismo partido que Fátima Báñez o Pepe Blanco. Solo faltaba. 

      DdA, XVI/4619      

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