viernes, 18 de septiembre de 2020

LIMPIADORAS SANITARIAS: NO NOS PISEN LO "FREGAO", NI MUCHO MENOS LA DIGNIDAD Y EL ORGULLO

Ana Cuevas

Que somos un país desmemoriado no es ninguna novedad. Tenemos querencia a barrer bajo la alfombra las miserias que arrastramos sin recapacitar sobre las causas que las provocaron. Más que memoria histórica, lo que nos va a los carpetovetones es la "memoria histriónica". A priori puede no parecer una dolencia grave. Sin embargo, olvidar dónde está la piedra, para tropezar una y otra vez con ella, no parece cosa de seres muy evolucionados. Con ese bichejo que pulula ahora en el planeta pasa un poco lo mismo. No es la primera vez que la humanidad se enfrenta a una pandemia. La peste, el sarampión, la viruela... actuaron, y algunos aún perviven en los países más pobres, masacrando impunemente millones de vidas humanas.

Ahora tenemos un enemigo igualmente invisible que está modificando nuestra vida en muchas formas. Al principio de la pandemia, eruditos augures y visionarios de relumbre aseguraron que el Covid iba a cambiar la percepción de nuestro mundo. Que actuaría como un revulsivo para conectar nuestras desangeladas neuronas y recapacitar sobre lo que es verdaderamente esencial para la supervivencia de nuestra especie. Que, por ejemplo, una limpiadora o un barrendero serían vistos con otros ojos y se entendería que, un trabajo humilde, es fundamental para la salubridad general. Que es más fácil que te salve la vida una señora enarbolando un trapo con lejía que un youtuber.

Quizás también que defender y prever de medios a la sanidad pública ( vilipendiada, desmembrada y exanguinada por unos y otros gobiernos) es una cuestión de interés público que debe estar por encima de cualquier ideología política. Pues va a ser que no. Al final resulta que la teoría de Darwin era correcta. Venimos del mono. Pero del más gilipollas. Aprendemos poco y mal. Y empiezo a pensar que la amnesia es cada vez más precoz y contagiosa. Más que el puñetero virus.
Los rebrotes nos asolan y los hospitales y centros de salud aguantan espartanamente a puerta gayola. El personal sanitario, por supuesto, se deja a veces literalmente la vida a causa de este alzheimer prematuro que ha pasado de los aplausos a la indiferencia colectiva en unos pocos meses.
Pero no son los únicos. Celadores, pinches, y servicios privatizados por sibilinas razones, como el de las limpiezas sanitarias, no sufrimos menos las consecuencias del olvido.
El anterior consejero de sanidad aragonés permitió un recorte en nuestras plantillas de un treinta por ciento que, a día de hoy, seguimos arrastrando. Ni siquiera una pandemia propia de una ficción de Hollywood ha conseguido que se refuercen las plantillas de limpieza en los hospitales y centros del SALUD. Nuestra "esencialidad" solo sale a relucir cuando se detecta un supuesto fallo de higiene que provoca un contagio colectivo. Como el que infectó a unos veinte sanitarios de la planta doce del Hospital Clínico Lozano Blesa. Pero para señalarnos como responsables de algo que bien pudo producirse de otra forma. Pongamos, en una cena en la que, hipotéticamente, participaron casi todos los que luego dieran positivo.
En cualquier caso, somos responsables. Pese a sentirnos vejadas, humilladas e ignoradas por los mismos que hace un par de meses se rompían las manos aplaudiendo en los balcones, por la Consejería, por nuestras empresas... Somos responsables de la importancia de nuestra labor y nos dejamos la piel en el pellejo intentando combatir a ese virus, casi tan imperceptible como nuestro gremio, pero bastante más letal.
Seguro que el grito de una iletrada como servidora quedará en ese limbo donde van a parar todas las lecciones que no quisimos aprender.
No importa. Nosotras no olvidamos el desamparo pero tampoco nos desanima ni arruga el desafío. Somos limpiadoras. Estamos acostumbradas a bregar con mierdas de todo tipo.
Pero si estiman en algo sus vidas... no nos pisen lo "fregaó". Y mucho menos la dignidad y el orgullo.

             DdA, XVI/4615       

2 comentarios:

Sonia dijo...

Q grande

Unknown dijo...

Como siempre, brillante!!!

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