Félix Maraña
Resulta que dos bancos,
que han arruinado al Estado, es decir, a eso que jurídicamente se llama España,
han decidido, de la noche a la mañana, casarse. La boda la vamos a pagar
nosotros, que somos siempre los paganos. Bankia, que es el buque insignia de la
corrupción (uno de sus presidentes, el banquero de Aznar, se pegó un tiró) en
este país, como quiera que nos debe tantos millones que no soy capaz de poner
aquí todos los números, porque se me llena el post, ni quiero copiarlo de
Google, Bankia, digo, tiene un accionista mayoritario que es el Estado. Pero ya
sabemos que el Estado no somos todos, ni Hacienda somos todos, como bien se
encargó en advertirnos una fiscala, que, en vez de hacer de abogada del Estado,
y de nosotros, en la acusación contra la Borbón que no se enteraba de nada, y
eso que parecía la más lista de las dos, la fiscala, digo, ya nos advirtió que
los amos son otros. Y el gobierno de España, a quienes hemos encargado la
dirección de nuestra economía, y recuperar los miles de millones que nos deben,
lo autoriza, autoriza el matrimonio. Eso sí, lo autoriza a escondidas, en una
jugada maestra para que los especuladores de Bolsa se forren, porque todos
sabemos que hay siempre alguien que avisa a alguien, para que invierta en Bolsa
de víspera, y vivan los pelotazos. Eso sí, el gobierno de España se encargó de
ocultar a parte del gobierno de España la jugada que preparaban los dos bancos
que tanto nos han robado, para amancebarse. Anoche soñé con que Bankia me
devolviera la parte que me corresponde de la deuda que contrajo conmigo, sin mi
permiso, para ver si puedo publicar un par de libros de poemas, o más, de gente
joven. Incluso de gente gente. Rajoy me dijo a mí, no sé si os lo dijo a
vosotros, que íbamos a recuperar hasta el último euro de los millones de
millones que nos tragó la banca. Los cojones. Y nos quieren hacer creer que
toda la jugada se ha tomado a espaldas de la Botín, que es la que manda, por
encima del presidente del Gobierno de España. ¿Qué os apostáis que el
campechano ha invertido en Bolsa en esta operación más de cuatro duros? Eso sí,
los que se casan son dos banqueros machos y vascos, porque los vascos, cuando
se entregan al Estado, copulan sin que les importe el sexo.
DdA, XVI/4603
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