Félix Población
Según
datos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, España es el
país de nuestro continente con las peores cifras por contagios de COVID 19. Algunas
comunidades autónomas, entre ellas Cataluña, llevan varias semanas entre las
diez regiones europeas con más número de contagios. Estamos ante la inminencia
de una segunda ola de la pandemia del virus de la corona que debería obligar al
Gobierno central a intervenir, vista la ineficacia de algunos gobiernos
regionales.
En estas circunstancias, y después de haber soportado España el balance trágico más grave como consecuencia de una crisis sanitaria desde hace un siglo -con un registro de fallecidos auténticamente escandaloso en las residencias para mayores de regiones como Madrid, otra vez a la cabeza en la incidencia del virus-, acabamos de leer las declaraciones del expresident de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que con su sucesor digital Quim Torra acaban de visitar la tumba del poeta Antonio Machado en el cementerio de Colliure.
Según el diario La Vanguardia, el exhonorable, huido vergonzosamente de España para no hacer frente a las penas de cárcel que sufren otros políticos independentistas catalanes con mayor dignidad, ha dicho que la “única vía transitable, realista y sin falsas ilusiones” para alcanzar la independencia de Cataluña – es la “gestión de una confrontación inteligente con el Estado español”, porque no hay otro camino.
Ponga cada cual el calificativo que debe merecer hablar de "confrontación inteligente" con el Estado español en la actual y gravísima coyuntura sanitaria, cuando después de perder más de cuarenta mil vidas en una pandemia estamos ante la posibilidad de que la pesadilla se prolongue.
Temo que manifestaciones como estas y la posibilidad de que en la opinión pública cale el mensaje de que algunos gobiernos autonómicos están fracasando con la gestión sanitaria, sean muy lesivos para la consideración por parte del común del Estado autonómico. Y ya sabemos -incluso lo debe saber Carles Puigdemont y su heredero Torra- el partido que sacaría fruto de ese descrédito. También lo supo el poeta Antonio Machado.
En estas circunstancias, y después de haber soportado España el balance trágico más grave como consecuencia de una crisis sanitaria desde hace un siglo -con un registro de fallecidos auténticamente escandaloso en las residencias para mayores de regiones como Madrid, otra vez a la cabeza en la incidencia del virus-, acabamos de leer las declaraciones del expresident de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que con su sucesor digital Quim Torra acaban de visitar la tumba del poeta Antonio Machado en el cementerio de Colliure.
Según el diario La Vanguardia, el exhonorable, huido vergonzosamente de España para no hacer frente a las penas de cárcel que sufren otros políticos independentistas catalanes con mayor dignidad, ha dicho que la “única vía transitable, realista y sin falsas ilusiones” para alcanzar la independencia de Cataluña – es la “gestión de una confrontación inteligente con el Estado español”, porque no hay otro camino.
Ponga cada cual el calificativo que debe merecer hablar de "confrontación inteligente" con el Estado español en la actual y gravísima coyuntura sanitaria, cuando después de perder más de cuarenta mil vidas en una pandemia estamos ante la posibilidad de que la pesadilla se prolongue.
Temo que manifestaciones como estas y la posibilidad de que en la opinión pública cale el mensaje de que algunos gobiernos autonómicos están fracasando con la gestión sanitaria, sean muy lesivos para la consideración por parte del común del Estado autonómico. Y ya sabemos -incluso lo debe saber Carles Puigdemont y su heredero Torra- el partido que sacaría fruto de ese descrédito. También lo supo el poeta Antonio Machado.
DdA, XVI/4590
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