miércoles, 5 de agosto de 2020

NI SE LE OCURRA TALAR LOS TILOS DE BEGOÑA, ALCALDESA DE GIJÓN


Lazarillo

Por razones de crianza y condición, este Lazarillo le tiene un gran respeto a los árboles del Paseo de Begoña de Gijón. No pocos son parte de su memoria y la ciudades que talan la memoria de sus árboles hacen un poco lo propio con la memoria de sus ciudadanos. Pido por eso un poco de respeto para los árboles de Begoña, incluso para aquellos que, como los tilos del paseo, todavía jóvenes, causan molestias a los transeúntes por el pringue pegajoso de su exudación sobre el suelo. Es lo propio de esos árboles, cuyo crecimiento y magnífica y airosa hechura tan gratos son para dar sombra y verdor en los días cálidos. No creo por eso que en una ciudad donde esos días son los menos y la exudación es por lo tanto reducidamente circunstancial, la señora alcaldesa se deba plantear la inadmisible barbaridad de talar los tilos, después de que el portavoz municipal de Vox hiciera notar las molestias que la vida natural de esos árboles ocasiona en las fechas más calurosas del verano. La sola mención al verbo talar por parte de la alcaldesa, me hace pensar que está hecha con los pies más que con la cabeza. Ni se le debía haber ocurrido por lo que denota de insensatez, a menos que con ella pretenda alarmarnos para hacer una rotunda oposición ciudadana a tal despropósito.

PS. Celebro, por otro lado, que el gobierno municipal de aquella villa elimine el nombre del rey emérito de una avenida de la ciudad, "ya que no representa los valores institucionales, morales y democráticos de la sociedad".

*Firma aquí contra esa tala.


NO HABRÁ TAL TALA

Una vez escrito el anterior artículo y enviado a mi estimado Miguel Barrero, director de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, su respuesta debe tranquilizar a los ciudadanos de aquella villa: "No hay intención de talar los tilos -me dice-, aunque los técnicos sí plantearon la tala como primera solución. Los árboles "exhudan" por un problema de pulgón, como consecuencia de que en los últimos años no se los había tratado adecuadamente. Ahora mismo se les está aplicando un tratamiento que parece que funciona muy bien, así que tranquilos, que ahí van a seguir". De lamentar la falta de tratamiento observada años atrás por el gobierno municipal precedente.


NUESTRO UNTER DEN LINDEN
David M. Rivas

Dende que yera neñu, polo que me cuntaba mio padre naquelles nueches d’iviernu, suañaba con pasear “unter den linden” en Berlín. Caminar embaxo les xaumeres, embaxo les tilares. Pasara tiempu abondo dende aquelles nueches pero percorriera’l bulevar berlinés un día… y munches vegaes más na mio vida. Xixón tien un cachín “unter den linden” nel paséu de Begoña y paez que l’ayuntamientu socialista piensa cortar les xaumeres porque, dicen, los sos pingos pegañosos molesten a la xente al caminar. Xixón, con una ciudadanía fata por demás, la que pidiera l’esterminiu de les llóndrigues que merendaben anátides exótiques enfermices na mierda l’estanque artificial d’El Parque, agora paez que pide que corten les tilares porque empeguñen les sueles los zapatos. L’ayuntamientu esterminó les llóndrigues y caltuvo los sucios patos, feos ya esplumaos. Ye tamién l’ayuntamientu ya’l partíu del carbón y la mierda na playa, pero los xixoniegos siguen a lo suyo. Y agora baltará esi pequeñu “unter den linden” pa que nun pegue la so resina na suela los zapatos. Bono, tamién cortará esi ayuntamientu los tamariscos d’El Muru pan un molestar a los ciclistes. Faen bien, ye de llei, Areces vive.

DdA, XVI/4575

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