martes, 4 de agosto de 2020

LA CORONA SE HA QUEDADO HUÉRFANA Y CON UNA HERENCIA ENVENENADA



¡Que importa un día! Está el ayer alerto/ al mañana, mañana al infinito;/¡hombres de España, ni el pasado ha muerto,/ ni está el mañana -ni el ayer- escrito!
Antonio MACHADO

Félix Población

No leemos el verbo huir más que en algunos diarios de la prensa española. Tampoco se permite la mayoría una redacción como la de la BBC británica, que creo es la más atinada: "El acorralado exrey de España Juan Carlos abandonará el país". "Es una salida humillante para un rey que parecía destinado a pasar a la historia como el líder que guió hábilmente a España de la dictadura a la democracia después de la muerte del general Franco en 1975". 

De todos los periódicos españoles el que más se ha destacado por su dulzura al versionar la huida del rey emérito ha sido el ABC, como cabía esperar. El titular de portada recuerda aquella otra frase de Alfonso XIII cuando dijo irse de España para evitar un baño de sangre, aunque luego contribuyera a la conspiración monárquica que desembocaría en el golpe militar de 1936: “Juan Carlos I deja España para no dañar el reinado de su hijo”, leemos en el citado periódico, como si en la República Dominicana -su lugar de “retiro”, según ABC- el daño fuera menor. (Parece que el periódico tiene información fiable en este sentido, aunque hay quien lo supone en Portugal, como su padre durante la dictadura). 

En principio, ese destino no era bien visto por la propia Casa Real, ya que podría ser perjudicial para la imagen del nieto de Alfonso XIII, de cara al proceso judicial que tendrá que afrontar. El emérito sí tenía pensado ese país por contar con amistad y protección ante posibles reclamaciones judiciales, de ahí posiblemente que se tratara de ocultar en las primeras informaciones publicadas ayer por la tarde. Fuentes de la abogacía recordaban no hace mucho que el tratado de extradición entre España y República Dominicana indica en uno de sus artículos, en concreto el número 8, "no se concederá la extradición cuando la responsabilidad penal se hubiere extinguido por prescripción u otra causa, conforme a la legislación de cualquiera de las partes". Es decir, al Estado Español le resultaría complicado que el país caribeño le concediera la extradición si ésta fuese requerida al Emérito. 

En el subtitular del periódico monárquico se afirma que ese “retiro voluntario” de don Juan Carlos obedece a “varios meses de presiones gubernamentales” y no a la propia voluntad de quien se lo busca muy consciente de la idoneidad de su destino. ABC dedica su editorial también al asunto bajo el título “La corona permanece”, con varios artículos más de sus colaboradores, como si –según comenta mi estimado Celso Miranda- lo esencial del caso fuera sustentar contra viento y marea el dicho del refranero “a rey muerto, rey puesto”, aquí no ha pasado nada. Ahora hay que pasar de ser juancarlista a felipista, lo malo es que esa marca está ya acuñada, según Celso: “De una dictadura corrupta no podía nacer sino una monarquía corrupta, sobre todo con los antecedentes históricos de la dinastía borbónica. La crisis sanitaria más dura que ha vivido este país arrastra consigo una crisis económica. Ya vivíamos una crisis política (la derecha, como siempre, pierde mal), y otra territorial (nacionalismos periféricos versus nacionalismo español). El papanatismo monárquico no puede sobrevivir a esto, que es una crisis de régimen en toda regla. Felipe se ha quedado huérfano. La herencia de su padre está envenenada”. 

Por hacer un poco de historia a través de la hemerografía, me permito recordar la portada de ABC del 15 de abril de 1931, tan lacónica de tipografía como indica esa sola frase bajo la fotografía de portada, con la Puerta del Sol de Madrid abarrotada de entusiasmo popular ante la proclamación de la segunda República: “La situación política”, leemos. A partir de ese momento, la maquinaria conspirativa de los monárquicos empezó a actuar para alterarla y en contra de la segunda República, tal como ha investigado en su último y recomendable libro el historiador Ángel Viñas (¿Quién quiso la Guerras Civil?). El editorial del periódico monárquico de esa fecha decía tal que así, bajo el titular “Nuestra actitud”:


"Nuestra fe y nuestros principios no se los lleva el huracán de pasiones que ha turbado tantas conciencias y ha extraviado a una gran parte del pueblo, sumándolo –creemos que pasajeramente- a esa otra porción que en toda sociedad propende a la rebeldía con los peores instintos, y sobre la que no se ha elaborado jamás una política honrada. Seguimos y permanecemos donde estábamos: con la Monarquía constitucional y parlamentaria, con la libertad, con el orden, con el derecho, respetuosos de la voluntad nacional, pero sin sacrificarle nuestras convicciones. La Monarquía es el signo de todo lo que entendemos; es la Historia de España. Los hombres y los azares pueden interrumpir, pero no borrar, la tradición y la historia, ni extirpar las raíces espirituales de un pueblo, ni cambiar su destino".


Frases de cine, un día como hoy:
Rey Baratheon: —No intento honrarte, sino hacer que rijas mi Reino mientras yo como, bebo y putañeo hasta que me vaya a la tumba. (Juego de Tronos).
Big Boy Caprice: —Soy un servidor del pueblo porque, si no te sirves del pueblo, ¿el pueblo de qué sirve? (Dick Tracy). Cita de Enrique del Teso

Léase@: El rey emérito elige la estrategia judicial de la familia Botín.

JUAN CARLOS, CONTIGO EMPEZÓ TODO
Quique Peinado
La noche del 14 de abril de 1931, Alfonso XIII cogió carretera y supongo que manta para Cartagena, y desde ahí tiró para Francia. Leo en el ABC: "Con su mujer llevaba dieciséis años sin hacer vida marital, por lo que su separación definitiva no resultó traumática". Luego ya saben, Alfonso XIII nunca renunció al trono pero hizo que se retiraran de la carrera por un reinado virtual sus dos primeros hijos, uno por hemofílico y otro por sordomudo. Don Juan, el padre del rey emérito, era el tercero. Es decir, que la batalla por el cetro no es que fuera épica ni trepidante. Cuento esto porque ahora que el nieto de Alfonso XIII toma el camino de su abuelo, esta vez no por la proclamación de ninguna república pero sí, quizá, empezando a encauzar una, es bueno saber que la historia se repite. Lean el párrafo de arriba y piensen en la vida privada de Juan Carlos I y en que Felipe VI es el tercer hermano. Si lo leen tres veces, se les aparecerá Karl Marx en el espejo diciendo "la primera como tragedia, la segunda como farsa". Ahora no nos viene una república filomarxista, aunque La Reacción ladre que sí, porque, efectivamente, estamos repitiendo la historia como farsa: esa reina inejerciente, esas infantas a las que no hubo que incapacitar porque ya eran mujeres, ese rey cuyo padre se exilia, esa república que no está. Es lo mismo pero con los trajes ajados y descoloridos por el paso de los siglos. Juan Carlos no cogerá un coche a Cartagena y luego un barco para ir a un país en el que moleste, como su abuelo. Tiene amigos y amigas como para no pirarse en Ryanair ni pasar ni una noche en un Airbnb. Aquí deja a su hijo con el marrón y a casi todos los resortes del poder tratando de salvarle la cara. Lo conseguirán. Si pienso en el mundo en el que crecí, no hubiera imaginado un país sin ETA, con gobiernos de coalición o con El Campechano exiliado. Yo estudié con una foto de ese señor en el aula, con billetes y monedas con su cara, con un concurso que se llamaba ¿Qué es un rey para ti? en el que ganaba el crío que con más arte le hiciera la pelota, firmó mi título universitario. Viendo cómo iba el tema últimamente ya se sabía que Juan Carlos I iba a acabar los últimos años de su carrera en algún país exótico, como Butragueño o Iniesta, pero si a mi yo de 20 años le hubiéramos contado esto, se reiría. Por esa misma razón, aunque al señor de 41 años que soy le parezca imposible, quién me dice a mí que no acabaré viviendo en la República de España. Y si no yo, mis hijos. Si así fuera, agradecido a Juan Carlos de Borbón. Te pegaste la vida padre, amigo, pero como diría Gerard Piqué: "Gracias, Juan Carlos, contigo empezó todo".
PD: Alfonso XIII fue tirando él primero, pero su familia se marchó al día siguiente. Esperaremos acontecimientos.

    DdA, XVI/4574    

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