Alberto Alonso
Leí anteayer en el diario La Nueva España que nuestras carreteras
son las más deterioradas de España, necesitando obras de reparación por importe
de una millonada.
Se me ocurrió una solución para terminar
con el lamentable estado de nuestras carreteras en lo que atañe a las que
dependen de los Ayuntamientos. Propongo que en cada concejo, en vez de haber
sólo un alcalde haya muchos, un montón, muchísimos, y que cada uno se comporte
como el alcalde de Morcín, que incluyó en el presupuesto municipal para el
próximo año la reparación de la carretera que va a una casita suya que está
algo alejada del pueblo de La Roza. El dinero previsto para la reparación de la
referida carretera no es mucho, pero, por una parte, es la cantidad más elevada
destinada a reparación de caminos o carreteras, y, por otra, se da la
circunstancia de que la referida carretera está en mucho mejor estado que la
inmensa mayoría de las del concejo.
Si en cada concejo hubiera muchísimos alcaldes y cada uno de ellos se
preocupara, como hace el alcalde de Morcín, de mejorar los accesos a sus
propiedades gastando en ello el dinero de los vecinos, probablemente no
tendríamos las carreteras más deterioradas de España, ¿verdad?
DdA, XVI/4570
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