domingo, 5 de julio de 2020

SINGULARÍSIMA ENTREVISTA A UN VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO EN RNE


Félix Población

Muchos habrán sido los oyentes que el pasado viernes escucharon al vicepresidente segundo del Gobierno en Las Mañana de Radio 1, en Radio Nacional de España, y es probable que muchos hayan agradecido la claridad y paciencia con la que ha respondido a las preguntas del periodista sobre el caso del móvil de Dina Bouselham, ex asesora de Pablo Iglesias, que de modo tan notorio perjudicó a ambos y a su partido, porque para eso se perpetró el robo de ese teléfono por parte de quienes pusieron sus datos y los falsearon al servicio de las cloacas mediáticas, políticas y policiales. 

Que el juez que lleva el llamado Caso Villarejo haya retirado a Iglesias la condición de "perjudicado" resulta tan incomprensible y delirante como lo sería hacer de la víctima verdugo. Pero está visto que sigue valiendo todo con tal de que el móvil robado para perjudicar al partido del líder de Podemos se convierta en objeto de difamación mediática dirigido contra Iglesias,  por aquello de que algo quedará de poso en las informaciones, portadas y artículos que el asunto difamador levanta día tras día. Lo de menos, a la postre, es que todo quede en nada, como siempre ha ocurrido con las denuncias a ese partido.

La propia entrevista con Iglesias en Radio Nacional revela por sí misma hasta qué punto un medio público, que debería ser el menos llamado a dejarse llevar por lo que constituye titular reiterado de cabecera en la cloaca mediática, reincide en ello dedicándole casi veinte minutos de la entrevista, dejando poco más de seis a los asuntos de Estado que competen al vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030. 

Como no podía ser de otro modo por quien tiene un cargo de primerísima responsabilidad en el Gobierno de la nación, Pablo Iglesias demostró una vez más su paciencia y disponibilidad para aclarar cuanto quiso saber su entrevistador, reincidente en algún caso hasta el hartazgo. Pero dos preguntas son obligadas, después de que se le dedicara casi tres veces más tiempo al asunto del móvil que a los propios de un país gravemente afectado por la crisis sanitaria de mayor magnitud en un siglo:

¿Pueden unos medios dignos de titularidad pública ser tan desproporcionados con los focos de interés informativo cuando tanto está en juego en el país al que se deben? ¿Alguien se puede imaginar una entrevista así en Radio Nacional de España a cualquier otro presidente o vicepresidente del Gobierno de los que lo han sido y posiblemente serán, habiendo entre los precedentes motivos sobrados para que el periodista le dedicara ese mismo tiempo y afán indagador a asuntos muchos más graves que todos tenemos en la memoria?


      DdA, XVI/4550      

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