miércoles, 10 de junio de 2020

RESIDENCIA MIXTA DE GIJÓN: 300 RESIDENTES, CERO FALLECIDOS


Lazarillo

Es de esperar que el auténtico geronticidio registrado en las residencia para mayores de España tenga consecuencias en la gestión futura de esos centros. No se puede permitir que ocurra otra vez lo que ha sucedido. Si restamos los 19.400 ancianos fallecidos en España como consecuencia de la pandemia, el número total de víctimas queda sumamente reducido. Esa cifra corresponde a la de nuestros mayores –insisto, aquellos que levantaron el país después de una guerra y una posguerra atroces- fallecidos en las residencias y geriátricos de todo el país, con un número de muertes tan escandaloso como el que se dio en la Comunidad de Madrid, más de 6.000. Posiblemente –por las condiciones en que se produjeron esos fallecimientos, en la soledad y la clausura absolutas-, nunca tengamos constancia de la magnitud e intensidad de la tragedia. Es de recordar que hubo que recoger en no pocos casos los cadáveres de las víctimas en sus propias habitaciones. Sin embargo, a pesar de tan dramáticos episodios, es conveniente fijarnos en la excepciones que se han encontrado en medio de tan desolador balance. 
Una de ellas la encontramos en la mayor residencia asturiana, la llamada Residencia Mixta de Gijón, con más de 300 internos y ni un solo fallecido. Asturias fue la comunidad autónoma que más test PCR realizó por cada mil habitantes  y la que más invierte en sanidad pública en proporción a su presupuesto: el 39,30 por ciento (no gobierna la derecha). Creo que el Gobierno de la nación y todos aquellos gobiernos autónomicos que se precien deberían estar obligados a saber cómo lo ha hecho esta residencia pública gijonesa, dirigida por Victoria Garcia, a la que hay que felicitar por su labor porque, entre tanto desastre, su centro nos hace creer en la esperanza: esto es, en el respeto y atención que merecen hasta el fin de sus días nuestro mayores y que ignoran todas aquellas empresas y gobiernos autonómicos que negocian con su ancianidad.

       DdA, XVI/4524     

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