lunes, 29 de junio de 2020

EL DÍA DE BEGOÑA DE 1934 EN GIJÓN


Lazarillo

La imagen recoge una panorámica de la playa de San Lorenzo  de Gijón  en una fecha tan señalada en el calendario festivo de la ciudad como el 15 de agosto. El autor de la fotografía es Constantino Suárez, a cuya profesionalidad debemos la intrahistoria de aquella villa desde los años veinte del pasado siglo hasta 1939. En este caso estamos en 1934, a poco más de un mes del inicio de la Revolución de Asturias y a poco menos de dos años de la sublevación militar que acabaría -después de una guerra muy cruel- con la malograda segunda República. Entre el gentío que se abigarra en el arenal en una mañana de marea baja, pueden estar los bisabuelos, abuelos y padres de algunos de los que puedan ver esta imagen. Llama la atención que nadie tome el sol en traje de baño y que todo el personal que no se baña -incluso los niños que juegan con la arena- esté vestido, en su mayoría como lo estaría en la terraza de un bar o un café. Han transcurrido 86 años desde entonces y muy pocas personas quedan ya que desde El Muro de San Lorenzo puedan comparar esta imagen en su memoria con la que ofrece la playa en nuestros días. Entre ellas, hasta este invierno que la mató el virus fatal poco antes de cumplir los 105 años de edad, estaba mi tía María Luisa, a la que todavía veo asomada al sótano de la fontanería que tenía su marido en la calle Cabrales, por debajo del colegio Blancanieves. Solo tenía 18 años cuando Suárez hizo esta fotografía y Luisa ya salía posiblemente con Ángel, que cantaba tangos con mucho sentimiento y acomodación gardelianos, y la dejó viuda con poco más de 60 y casi media vida por delante. Vaya por ella y sus hijas, y por la voz y el estilo con el que tan bien cantaba la tonada asturiana, este cariñoso recuerdo.

      DdA, XVI/4543      

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