Félix Población
Me voy a atrever a suponerlo porque, detrás de esta fotografía de un balcón viejo de un piso antiguo en un barrio no menos viejo de una de nuestras ciudades, puede darse una circunstancia que quizá se haya repetido estos meses atrás en más casos de los imaginados. Han fallecido y siguen falleciendo miles de ancianos en España como consecuencia del virus de la corona. En una gran mayoría murieron en residencia y geriátricos(¡¡¡18.200!!!), víctimas en demasiados casos de todas las ausencias, pero también muchos de nuestros mayores murieron en sus domicilios. Según las últimas estadísticas, en torno a dos millones de personas mayores de 65 años viven solas en España. De esas, se calcula que 850.000 tienen más de 80 años. No pocos de esos ancianos y ancianas alivian sus largas soledades con la presencia de alguna mascota, un gato y/o un perro generalmente, como los de la imagen. Tuve la sensación al verlos en ese maltrecho balcón de que observaban la marcha de su compañero o compañera humanos en una camilla de ambulancia. ¿Nadie se atreverá nunca a contar esos íntimos y ocultos dramas (suceso infortunado de la vida real capaz de conmover vivamente) sin la sensiblería con la que habitualmente se tiende a narrar las relaciones entre los viejos solitarios y sus animales de compañía? Estos meses atrás es seguro que historias como esas quedaron sin palabras detrás de los balcones. Por eso me conmueve el fondo de esa imagen, detrás de la cual he sentido una ausencia...
DdA, XVI/4495
Me voy a atrever a suponerlo porque, detrás de esta fotografía de un balcón viejo de un piso antiguo en un barrio no menos viejo de una de nuestras ciudades, puede darse una circunstancia que quizá se haya repetido estos meses atrás en más casos de los imaginados. Han fallecido y siguen falleciendo miles de ancianos en España como consecuencia del virus de la corona. En una gran mayoría murieron en residencia y geriátricos(¡¡¡18.200!!!), víctimas en demasiados casos de todas las ausencias, pero también muchos de nuestros mayores murieron en sus domicilios. Según las últimas estadísticas, en torno a dos millones de personas mayores de 65 años viven solas en España. De esas, se calcula que 850.000 tienen más de 80 años. No pocos de esos ancianos y ancianas alivian sus largas soledades con la presencia de alguna mascota, un gato y/o un perro generalmente, como los de la imagen. Tuve la sensación al verlos en ese maltrecho balcón de que observaban la marcha de su compañero o compañera humanos en una camilla de ambulancia. ¿Nadie se atreverá nunca a contar esos íntimos y ocultos dramas (suceso infortunado de la vida real capaz de conmover vivamente) sin la sensiblería con la que habitualmente se tiende a narrar las relaciones entre los viejos solitarios y sus animales de compañía? Estos meses atrás es seguro que historias como esas quedaron sin palabras detrás de los balcones. Por eso me conmueve el fondo de esa imagen, detrás de la cual he sentido una ausencia...
DdA, XVI/4495
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