Lazarillo
El sábado en La Sexta Noche, el programa donde se le mima y asoma con frecuencia, José
Bono contó la parábola de la hormiga y la cigarra, versión dos hermanos con
unos haberes anuales por barba de 100.000 euros de na. Si uno ahorra al año 50.000 euros de na
y suma al cabo de veinte un millón de na, mientras que el otro se lo ventila
en lujos y suntuosidades varias, ¿es justo que penalicemos el ahorro del primero
con un impuesto? Lo primero que sale de ojo de la parábola es que Bono no es el
hermano gastador y que como su carrera política superó los veinte años, tiene
derecho a un ahorro millonario, fruto de su trabajo. Ha logrado así acumular un
mínimo de seis millones de euros en propiedades inmobiliarias, nueve viviendas,
un local comercial y tres parcelas con un total de 16 hectáreas, sobre las que
se encuentra la explotación equina de don José. Súmese a esto entre los bienes
familiares 3,7 hectáreas de suelo rústico y una vivienda en Salobre
(Albacete), heredadas de sus padres; un piso en la colonia madrileña
Mirasierra; otro piso en Toledo y la
casa familiar en Olías del Rey, también en esa provincia. Al Partido Popular le dijo (Bono) que
su patrimonio era lícito y que parte del mismo lo había heredado. Hoy diría que es fruto de sus ahorros, como el del hermano/hormiga de su parábola.
PS. Es muy probable que Bono coincida en esto con su exjefe González. Con Vox coincide plenamente.
DdA, XVI/4508
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