domingo, 26 de abril de 2020

SOMERO ESTUDIO SOBRE EL VIRUS, EL 5G, LAS ESTE­LAS QUÍMICAS Y LA CONSPIRACIÓN - III

Álvaro Noguera

Se tilda de conspiradores a quienes, sin abrazar ninguna teoría concreta, estamos abiertos a todas menos a la oficial, precisamente por su conocida falta de escrúpulo, por habernos engañado tantas veces, y por vivir los que no estamos dormidos en permanente incertidum­bre acerca de ellos y de sus propósitos.

Jaime Richart

Los 26 más ricos tienen la mitad de la riqueza del mundo. El uno por cierto de la Humanidad controla al restante 99 por ciento. Mil personas en todo el planeta son suficientes para meter en cin­tura al resto entre retazos de una cierta libertad sin que nadie se dé cuenta. Por consiguiente, a nadie debe extrañar esta clase de elucubra­cio­nes y mucho más en las actuales circunstancias...

Bien, por eso todas las sospechas gravitan en torno a distintos posi­bles culpables y distinto grado de culpabilidad en el trágico asunto del dichoso virus que ahora asola al mundo: Christine La­garde, Taro Taso, Bill Gates, Soros, Rockefeller, Rostchild, Foro de Davs, Industria Farmacéutica, la propia OMS, el Club Bilder­berg, los Iluminati, la Francmasonería... Y también en torno a distin­tas teorías: manipulación del virus en un laboratorio de Wuhan entre estadounidenses y chinos; guerra silenciosa bacterioló­gica entre chinos y estadounidenses; un acuerdo entre chinos y estadounidenses; virus que, por ser mutante, hace inútil preservarse de él mediante vacuna, pues en la siguiente fase no será el mismo sino una de sus variantes; la teoría de que no esta­mos ante un virus, si no ante un exosoma generado por la contamina­ción electromagnética del 5G. Y asociada a ésta, la teoría de los chemtrails a la que la propia Wikipedia contesta opo­niendo simple­mente a la misma informes vagos de la comunidad científica, de la EPA, de la FAA, de la NASA, de la NOAA, de la USAF, de la CIA… que no explican de manera convincente el origen de las quimioestelas, su larga permanencia en la atmósfera y su propósito. O, en fin, la teoría de la decisión entre el Club Bilderberg y varios de los citados, de crear un nuevo orden mun­dial, para lo que sería imprescindible un prolongado confina­miento de la población que dé tiempo a perfilar profundos cam­bios...

Hoy, por ejemplo, me encuentro con una proposición lógica” de un cibernauta al que no conozco personalmente, que me da la impre­sión de que se aproxima mucho a lo que pueda ser la reali­dad que se nos irá desvelando de ahora en adelante. Dice así:

Todos los chinos recibieron vacunas obligatorias el otoño pa­sado. La vacuna contenía ARN digitalizado (controlable) repli­cante que se activó mediante ondas 5G de 60Ghz mm que se activaron en Wuhan (así como en todos los demás países que usan 60Ghz 5G) con el "polvo inteligente" que todos en el mundo han estado in­halando a través de chemtrails. Es por eso que cuando dicen que alguien está "curado", el "virus" puede ser reactivado "digital­mente" en cualquier momento y la persona puede caer literalmente muerta. El barco de cruceros Diamond Princess es­taba específica­mente equipado con 60Ghz 5G. Es básicamente un asesinato re-­moto. En varios países las personas actualmente están respirando este polvo "inteligente" a través de estelas químicas. Piénselo de esta manera... agregue la combinación de vacunas, chemtrails (polvo inteligente) y 5G y su cuerpo se digitalizará internamente y podrá controlarse de forma remota. Las funciones del órgano de una persona se pueden detener de forma remota si se considera que no cumple con las normas. Wuhan fue una prueba de funciona­miento para ID2020. La élite llama a esta onda 60Ghz mm 5G la onda "V" (Virus) para burlarse de nosotros. Necesitamos rechazar el gran problema del intento de "vacuna obligatoria" porque nues­tras vidas dependen de ello.”

No sé por qué hay que descartar la relación entre chaimtrails y esta variedad de neumonía que trae de cabeza al mundo. Hace mu­chos años que esas estelas vienen suscitando sospechas a quie­nes les prestábamos atención. Y si nos las infundían era precisa­mente porque, siendo un raro fenómeno, ningún gobierno ni las entidades enumeradas han dado nunca respuesta ni explicación algunas que no fuesen banales. Pero también porque ningún perio­dista de re­lumbrón se ha interrogado acerca de las mismas, ni ha investigado. Así, ignorando la ciudadanía la causa y la natura­leza de esas este­las, ahora la explicación del origen de este virus, unas veces se dice que de un murciélago y otras de una espe­cie de armadillo, y se sitúa en la provincia china de Wuhan, Ahí se acaba cualquier duda. Así se ignora, siquiera como hipóte­sis, toda posible relación efecto-causa entre dichas estelas y el estado caótico en que ahora se encuen­tra el mundo. Y ello pese a saber el mundo que el poder del mundo carece de todo escrúpulo. Tozudamente, aferrado el “po­der” difuso, el poder en abstracto pero real, de todas partes, en reali­dad los poderes ligados por ma­sas de dinero, a la afirmación de ese origen del virus, se dan por conclusas las sospechas y se tilda de conspiradores a quienes, sin abrazar ninguna teoría concreta, estamos abiertos a todas menos a la oficial, precisamente por su conocida falta de escrúpulo, por habernos engañado tantas veces, y por vivir los que no estamos dormidos en permanente incertidum­bre acerca de ellos y de sus propósitos.

No se molesten en replicarme los ortodoxos, los creyentes, los inge­nuos, los muy listos o los estúpidos sobre este asunto, aunque si unos lo ignoran, otros saben bien de qué va esto. Si a los exper­tos que asesoran a los gobiernos les preguntásemos directa­mente, unos responderían que ellos se limitan a opinar clínica­mente so­bre la acción del virus, y otros, que si dieran las explicacio­nes de lo que saben, generarían una tremenda alarma social. Como si desde el principio no la hubieran provocado. Pues es imposible causar más alarma que la generada desde el primer momento tanto en las compare­cencias institucionales como en la de los "exper­tos" en los me­dios de difusión, desde que el estado de alarma dio el toque de queda; causando a su vez el pánico en la población, una considera­ble merma de sus defensas naturales que ha favorecido tan alta tasa de contagios, por un lado, y la estam­pida inicial, por otro, hacia los Cen­tros de Salud ante la primera tos o el primer estornudo, saturándo­los...

Todas estas elucubraciones tratando de averiguar qué hay detrás de todo esto que ha enmudecido al mundo, no responden al deseo de conspirar, ni a la frívola intención de embrollar la realidad, ni al simple entretenimiento. Ni mucho menos. Ni siquiera es el de­seo de entender lo que no podemos entender a través del relato de lo que nos llega desde los gobiernos y los medios. Lo que, además de todo lo dicho, me/nos irrita es que nos traten, traten a la ciudadanía como irresponsable. Lo que nos interesa es confiar precisamente en el poder, saber a qué atenernos y precavernos ­por nosotros mismos del virus sin tutelas ni policías. Lo que habre­mos de afrontar luego, el desplome de la economía mundial y por supuesto de la española, es lo suficientemente grave como para necesitar entereza y no más miedo todavía. Pues lo que está sucediendo (in­cluida una más que proba­ble abomina­ción) es en buena medida por no haber dado el sistema su brazo a torcer. Por no estar los gobier­nos de occidente dispuestos a cons­truir un sistema nuevo desde los cimientos; un sistema de conviven­cia que proscriba la libertad de mercado, causa de la ma­yor parte de los males postreros de este mundo, y en este mo­mento la segunda después de la presente calami­dad planetaria..

        DdA, XVI/4478       

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