← Elecciones generales de España, 8 de mayo de 1910 → | ||||||
Partido | Porcentaje | Escaños | Líder | |||
Partido Liberal | 43,4 % | 215 | José Canalejas | |||
Partido Conservador | 21,9 % | 115 | Antonio Maura | |||
Conjunción Republicano-Socialista | 10,3 % | 27 | Benito Pérez Galdós | |||
Unión Federal Nacionalista Republicana (UFNR) | 5,3 % | 11 | José María Vallés Ribot | |||
Lliga Regionalista | 2,7 % | 10 | Enric Prat de la Riba | |||
Comunión Tradicionalista (jaimista) | 2,2 % | 10 | Juan Vázquez de Mella | |||
Católicos independientes | 3 | Marquès de Santillana | ||||
Partido Integrista | 2 | Manuel Senante y Martínez | ||||
Partido de Unión Republicana Autonomista (PURA) | 1 | Félix Azzati | ||||
Nacionalistas republicanos catalanes | 1 | Francesc Macià | ||||
Independientes | 5 | |||||
Partido Socialista Obrero Español | 1 | Pablo Iglesias | ||||
Otros | 2 | |||||
TOTAL | 403 |
Félix Población
Estos fueron los resultados de las elecciones que tuvieron lugar en nuestro país el 8 de mayo de 1910, en las que el Partido Liberal resultó vencedor, con José Canalejas al frente del mismo, y el Partido Conservador, liderado por Antonio Maura, quedó en segundo lugar. La llamada Conjunción Republicano-Socialista, con el escritor Benito Pérez Galdós a la cabeza, obtuvo 27 escaños, y la Unión Federal Nacionalista Republicana, 11. También encontramos por primera vez como diputado al fundador del Partido Socialista Obrero Español, Pablo Iglesias Posse. Pese a estos resultados, en algunos periódicos de la época podemos leer esta estadística del voto en no pocas de las capitales de provincia y algunas ciudades, con un total de casi 5.000 votos más a favor de las candidaturas republicanas.
Una prueba de que buena parte de la España urbana, aquella que vivía en las ciudades en 1910, se inclinaba por la República la tenemos en esta estadística publicada en el semanario El Motín con todos los nombres de los diputados republicanos elegidos. También podemos leer un editorial en la misma publicación en pro de la unidad republicana que el director, José Nakens Pérez(1841-1926), siempre antepuso a los sectarismos y divergencias que se dieron entre los partidos de ese signo. El editorial, titulado La moral de las elecciones, afirma que a los señores diputados no los han elegido porque uno se llame progresista, otro radical y el de más allá conservador sino por llamarse republicanos, y nadie se ha acordado a la hora de votarlos de si Pi se dice federal, conservador Sol, radical Lerroux, progresista Esquerdo y gubernamental Melquiades Álvarez. "Los republicanos estamos ya cansados, hartos, de tantos matices y diferenciaciones, que ahora en la oposición no responden a ninguna necesidad. Y estamos cansados también de todos esos rozamientos entre varios de los jefes y jefecillos, rozamientos que la mayor parte de las veces no reconocen otro origen que ambiciones pequeñas, cuestiones de carácter personal, las cuales podrán interesar a los grupitos respectivos, pero que disgustan y asquean a todos los hombres serios del republicanismo".
Cinco años le faltaron a don José para ver instaurada la segunda República, pues falleció en 1926 sin haber abandonado nunca la nave de su modesto periódico, tras más de cuarenta años de singladura y después de haber sorteado múltiples sanciones y no pocas excomuniones por parte de la jerarquía eclesiástica. Entre muchos otros textos que dejó Nakens, muy popular en su tiempo, se encuentran sus poemas satíricos, de los que espero en breve ofrecer una breve antología. Vaya como adelanto el soneto que sigue, titulado Para la historia, escrito en 1883:
Corrientes de burdel y sacristía
borraron del decoro las naciones,
y escondióse el rubor en los rincones
al brillar la impudencia en pleno día.
Fueron honra y conciencia mercancía,
negociantes llamóse a los ladrones,
astros dio el lupanar a los salones,
columnas al poder la mancebía.
Expuestos en infame baratillo,
timbres y honores encontró el dinero,
siempre al alcance del rufián y el pillo.
Medraron el histrión y el baratero,
lucieron la coleta y el cerquillo,
y a América marchóse el jornalero.
DdA, XVI/4477
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