lunes, 20 de abril de 2020

NUNCA COMO AHORA PARA DAR A LA SANIDAD PÚBLICA TODO LO QUE SE LE DEBE


Félix Población


Recientemente, bajo el titular Ni héroes ni villanos: solo médicos, firmaba el doctor Fernández Guerrero un interesante artículo en eldiario.es, en el que recordaba que la medicina es ciencia y es arte u oficio, y que los médicos eran “peritos de curar”, formados sobre bases científicas, buen criterio, intuición y disposición de ánimo abierto a comprender y aliviar la ansiedad y los males físicos de los pacientes, cuidando su dignidad como personas. 

Respecto a la epidemia de la COVID-19, el doctor sostenía que nuestros médicos no serán héroes ni por haber ganado ni por haber perdido, pues no se trata de eso. Su heroicidad, si es alguna, consiste y consistirá siempre en no abandonar nunca al enfermo.

El artículo en cuestión despertó no menos interesantes comentarios, entre los que destaco uno que denota el grado de incidencia que los recortes presupuestarios han tenido en la sanidad pública en los últimos años. Al doctor Fernández Garrido se le olvida decir, apunta un lector, que entre los abnegados profesionales sanitarios más de un 30 por ciento es eventual, con todo tipo de contratos basura (horas, días, guardias), y que los profesionales contratados urgentemente para cubrir los puestos de los 30.000 contagiados y las gravísimas deficiencias del sistema, ya está siendo despedidos…llegándose a dar el caso de despedir a algún profesional al contagiarse. 

Otro comentarista, profesional de la medicina, señala que se confunde vocación con explotación y que el deber con el paciente no implica que tengas que trabajar 48 horas sin descanso, ni con consultas abarrotadas que apenas permiten atender como es debido a los pacientes, ni con contratos precarios y salarios de risa comparados con el resto de países de la Unión Europea.

España dispone de 3,9 médicos por 1.000 habitantes, muy por debajo de Grecia (6,3), Austria (5,1) 0 Lituania (4,6). El ratio de profesionales de Enfermería está en 5,7 por 1,000 habitantes, cuando la media europea está en 8,4. El gasto sanitario en nuestro país se encuentra en un 8,9 del PIB, lejos de Francia (11,3), Alemania (11,2) y Suecia (11).

Hoy es noticia en Cataluña que los sindicatos y colegios de médicos exigen al Govern que retribuya la sobrecarga de trabajo y las horas extras que están llevando a cabo los profesionales con motivo de la epidemia, tal como se hizo en Francia y Bélgica, naciones en las que la sanidad pública está mejor remunerada. Se resalta que, además de la demoledora sobrecarga física y mental, esos profesionales han soportado y soportan riesgos y efectos ciertos sobre su salud, compartidos con el resto del personal sanitario.

Bien están los aplausos en los balcones, pero mucho mejor estaría discernir la orientación de nuestro voto cada vez que tenemos la oportunidad de ponerlo a favor de una sanidad pública en la que no se den las carencias fundamentales que se han dado durante estos meses, con el mayor número de profesionales contagiados por el virus y unas condiciones laborales en muchos de ellos insostenibles 

Más que reiteradas apologías a su heroicidad por parte del Gobierno,  lo que el Gobierno debería propiciar es que todo el personal de la sanidad pública española se acercara, al menos, a la ratio europeo y al régimen laboral y nivel remunerativo que se le da a su profesión en los países de nuestro entorno. En esto consiste sobre todo, y no solo en esos aplausos dignos de agradecer, el verdadero y sincero reconocimiento a la dignidad y extrema necesidad de su trabajo, como ahora nos está demostrando de manera tan loable. 

MÁS EMPLEO PÚBLICO


     DdA, XVI/4471     

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