Lazarillo
Cada vez que leo algo de Manuel Castells, me siento reconfortado con la certidumbre de saber que este reputado profesor, economista y sociólogo forma parte del actual Gobierno de España como ministro de Universidades. En esta ocasión acabo de leer su artículo Reset, publicado en el diario La Vanguardia, en donde colabora semanalmente todos los sábados. El autor, después de advertirnos nada menos de que sólo hay futuro en una reencarnación colectiva de nuestra especie y de la necesaria y urgente prioridad de lo público en la organización de la economía y la sociedad, apunta que se ha podido constatar con la pandemia del coronavirus la hipocresía social e institucional del respeto a los viejos. Sólo una intervención pública masiva, no únicamente en gasto, pueda evitar que las residencias para mayores puedan convertirse otra vez en auténticos campos de muerte, afirma. Lo más importante del artículo, con todo, es lo que sigue, por afectar a los dos verbos esenciales que nos conforman: pensar y sentir.
Cada vez que leo algo de Manuel Castells, me siento reconfortado con la certidumbre de saber que este reputado profesor, economista y sociólogo forma parte del actual Gobierno de España como ministro de Universidades. En esta ocasión acabo de leer su artículo Reset, publicado en el diario La Vanguardia, en donde colabora semanalmente todos los sábados. El autor, después de advertirnos nada menos de que sólo hay futuro en una reencarnación colectiva de nuestra especie y de la necesaria y urgente prioridad de lo público en la organización de la economía y la sociedad, apunta que se ha podido constatar con la pandemia del coronavirus la hipocresía social e institucional del respeto a los viejos. Sólo una intervención pública masiva, no únicamente en gasto, pueda evitar que las residencias para mayores puedan convertirse otra vez en auténticos campos de muerte, afirma. Lo más importante del artículo, con todo, es lo que sigue, por afectar a los dos verbos esenciales que nos conforman: pensar y sentir.
"Sin embargo, el reset más profundo es el que está teniendo lugar en nuestras mentes y en nuestras vidas. Es el darnos cuenta de la fragilidad de todo lo que dábamos por descontado, de la importancia de los afectos, del recurso a la solidaridad, de la importancia del abrazo, que nadie nos va a quitar, porque más vale vivir abrazados que vivir acoquinados. Es el sentir de que el dispendio consumista en el que hemos malgastado recursos no es necesario, porque unas tapas en una terraza entre amigas no necesita mucho más. ¿Saben que los escandalosos traspasos multimillonarios de fútbol se han terminado. Y los Messi del mundo no por eso van a dejar de jugar, porque lo llevan en la sangre. El reset necesario es un portal a otra forma de vivir, otra cultura, otra economía. Mejor lo valoramos porque la alternativa es la nostalgia masoquista de un mundo que se fue para no volver. La vida sigue, pero otra vida. Depende de nosotros que la hagamos maravillosa".
DdA, XVI/4469
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