martes, 28 de abril de 2020

LOS 22.100 MILLONARIOS DE ESPAÑA Y LA DEUDA DEL CORONAVIRUS


Félix Población 
Un observador imparcial tendría sin duda en cuenta la anormalidad que supone durante años la reiteración de insidias y difamaciones que viene soportando Pablo Iglesias desde que apareció en la política española. 

Ahora, desde que está en el Gobierno, tanto la derecha extremada como la extrema derecha no cejan  en considerar al líder de Unidas Podemos (UP) como la pieza a cobrar para presionar al Partido Socialista y rebajar lo que comporta su peso electoral y político con el refuerzo de UP. Desde vídeos en los supermercados para pillarlo sin mascarilla, o con ella, hasta biliosas y menguadas andanadas caribeñas en el Congreso, todo vale con tal de atacar a Iglesias -aunque se carezca de argumentos-, sabedores sus adversarios de que su personalidad e idea de la política de país son la más temidas en los altos círculos del poder.
Desde 2008, inicio de la pasada crisis/estafa que llevó a España a una gran recesión, el número de millonarios ha aumentado en nuestro país un 76 por ciento, según datos del Informe Mundial de Riqueza que publica la consultora Capgemini. Por tomar como ejemplo el año 2017, la subida ese año fue de 10,9 por ciento con respecto a 2016, lo que equivale a 22.100 millonarios más. En 2017 había en España 224.200 personas que disponían de un fortuna global en torno a los 565.000 millones de euros. Somos el séptimo país de Europa con más millonarios, pero solo tenemos tres camas de hospital por cada mil habitantes, menos que la mayoría de las naciones europeas.
Ahora nos ha sobrevenido una segunda crisis de carácter económico y social, derivada de una grave crisis sanitaria que ha pillado a nuestra sanidad pública desprovista de algo tan elemental como el equipo personal de protección para combatirla. Medio centenar de sanitarios han fallecido por ello y el número de contagiados entre ese personal está siendo el mayor de Europa: casi 40.000. Esa ha sido una de las consecuencias de la política de recortes aplicada en ese ámbito durante los años pasados y, también, de la falta de previsión y diligencia en algo tan fundamental.
Hoy hemos sabido que Pablo Iglesias ha difundido un estudio de las Universidades de Berkeley y la London School of Economics en el que se indica que una tasa del 1 por ciento a los más ricos de este país permitiría pagar la deuda generada por la COVID-19 en diez años. Se trata, en efecto, de un impuesto general a las grandes fortunas, una propuesta que Podemos llevaba en su programa y que logró incluir en el programa pactado con el PSOE. El citado estudio plantea la necesidad de implementar un impuesto temporal progresivo a las grandes fortunas para sufragar la respuesta europea a la crisis que ahora nos afecta.
Pensemos en esto cada vez que lluevan sobre Iglesias  los denuestos de tabernaria estofa de las derechas cainitas y guerracivilistas que soportamos en España, esas cuyas únicas alternativas a la gravedad de la situación por la que pasamos consisten en izar banderas a media asta y atarse el luto al nudo de la corbata porque lo que quieren con ese hipócrita componenda es defender lo ocurrido con la anterior crisis, tal como los números del Informe Mundial sobre Riqueza evidencian. 

Lo malo, esta vez, es que la defensa de ese patrimonio que superaba hace tres años los 565.000 millones de euros se hace sobre la memoria de miles de víctimas de una pandemia ante la que la que las derechas están mostrando, una vez más, un comportamiento incivil. 

    DdA, XVI/4480     

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