domingo, 12 de abril de 2020

DISTANCIAMIENTO FÍSICO Y COMPENETRACIÓN SOCIAL


Félix Población

La ministra de Turismo hace hoy una advertencia en el diario El País que voy a aprovechar para repudiar expresamente la terminología al uso y abuso de ministros y demás autoridades. Se refieren unos y otras al distanciamiento social, totalmente improcedente y conceptualmente  peligrosa, cuando lo que de verdad quieren significar es el distanciamiento físico, aconsejable en estos azarosos tiempos de pandemia y quizá también en los que la sigan. 

Habla Reyes Maroto, en la entrevista publicada en el citado medio, de la posibilidad de que hasta en la playa vaya a ser preciso ese distanciamiento físico, en el supuesto de que en una vez transcurrido el confinamiento se nos impongan nuevos modelos de comportamiento en los que acaso no sea recomendable acudir a concurrencias masivas o aplicar restricciones en aquellos lugares de mayor afluencia de personal. 

La verdad es que, viniendo de donde venimos -antes de que el confinamiento acabara con los hábitos propios de una sociedad y una cultura de masas-, cuesta imaginar un mundo marcado por el distanciamiento físico, en el que la cercanía con el prójimo pueda comportar riesgos tan graves para nuestra salud como los que ha traído consigo el virus de la corona. 

Lo que sí deberíamos tener muy claro, a partir de lo que venga después de lo que estamos viviendo, es que ese distanciamiento físico debería implicar -por paradójico que parezca- una mayor compenetración social para combatir un sistema de vida que amenaza a la Humanidad y al planeta en el que esta y toda la vida que conocemos y amamos se asienta. Nunca debimos, debemos ni deberemos guardar distancias con el aire que respiramos.


      DdA, XVI/4463      

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