domingo, 22 de marzo de 2020

HOY ES PRIMAVERA


Jaime Richart

Primer día de reflexión.
¿Quién se ha percatado de que hoy ha llegado la Prima­vera? 

No sabemos si, como dijo en la Cuatro Iñaki Gabilondo, el pe­rio­dista español de más credibilidad, es cierto que el presidente de la Comi­sión para la Salud de Europa, del Consejo de Europa, ha relatado al ro­tativo francés L'Humanité que la inoculación de este virus obedece a un acuerdo entre el lobby Farmacéutico y la OMS.

No sabemos si, como dice un periodista en un video que circula por ahí, es cosa del Foro de Davos, donde el 18 de octubre de 2019, se hizo un “simulacro” de contagio por este virus que, de ser reali­dad, mataría a 63 millones de seres humanos.

No sabemos si, como dicen que ha dicho Chomsky, el virus lo ha expandido USA para hacerse con las riendas del mundo por­que China ha dado un golpe magistral a las finanzas de esa na­ción, adueñándose de la mayor parte de las acciones de sus prin­cipales Corporaciones.

No sabemos si, como dicen otros, el condenado virus ha sido un accidente de un Laboratorio de la provincia de Wuhan de China, y si, como dicen otros, China lo ha soltado intencionadamente.

No sabemos si todo esto obedece a la primera fase de una guerra bacteriológica entre USA y su aliada Inglaterra, y China…

No sabemos si algo de todo esto es o no así. Pero lo cierto es que esto concuerda con los llamamientos a que los ancianos se mueran cuanto antes Christine Lagarde, ahora presidenta del Banco Central Europeo,  y Taro Aso, ex ministro de Fi­nanzas nipón,  hace siete u ocho año. Pero también con las sospechas que vienen despertando también hace años los “chaim­trails”; sospechas a las que ningún gobierno ha dado respuesta y, lo que es peor, acerca de las que ningún polí­tico ha interpelado y ningún medio ha denunciado para que los gobiernos respondiesen acerca de tan intrigante asunto.

El caso es que los medios están obsesionados exclusivamente con una sola vertiente de este espanto: la sanitaria.  Pero, ¿no que­damos en que, según el periodismo, los pe­riodistas, los medios, aparte de informar tienen el deber de colaborar en la in­vestigación de los de­litos públicos? Pues aparte de forrarse ra­dios y televisio­nes con la morbosidad de las audiencias que acompaña a la mor­bilidad de este virus malé­fico inoculado, por accidente o inten­cio­nadamente, a la atmósfera, los me­dios de comuni­cación de­bi­eran dejar de contar fallecidos, conta­giados y cura­dos, acre­centando día a día la ansie­dad y el pánico de la población, empezar a deliberar sobre un posi­ble delito de lesa Humanidad, e in­vestigar a fondo el asunto. Al menos calmaría la indignación que en gran parte de la población está causando este oscurantismo de los me­dios al solapar a su vez el silencio de los gobiernos que, tarde o tem­prano, con otros moti­vos concomitantes a la espera, puede provocar la reac­ción  de las masas. Háganse eco por lo menos de esa de­sazón que padece­mos tantos, y por lo me­nos tendre­mos la ínfima sa­tisfac­ción de que aunque vayamos a morir los viejos, han dejado los medios de tra­tar a vie­jos y a jóvenes como idiotas, que es como nos viene tratando siempre el poder, de esta democracia de mierda...

DdA, XVI/4442

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