viernes, 6 de marzo de 2020

EL DIARIO "MAR" DE GIJÓN Y DOS PORTADAS DE "VOLUNTAD"


Félix Población

Muchos niños y adolescentes gijoneses crecimos en una ciudad pequeña con dos periódicos. Uno con formato sábana, como los viejos diarios europeos, que era el que compraba mi padre y sigue en pie como uno de los diarios decanos del país: El Comercio acaba de cumplir 140 años. El otro, de formato tabloide -al menos en mi niñez-, era Voluntad y pertenecía a la cadena de periódicos y emisoras del Movimiento Nacional, creada por la dictadura para asentar mediáticamente su poder omnímodo. 

Dada mi temprana curiosidad por "aquellos tebeos tan serios" que  leían los mayores -fue algo que me interesó desde niño, como si con ello pretendiera hacerme mayor más de prisa-, recuerdo que para mi gusto y hechura de brazada era más grato y hacedero el manejo de Voluntad porque su formato me permitía abrir el ejemplar y ojearlo con hache o sin ella a página abierta, algo que me resultaba totalmente imposible con las páginas de El Comercio. Puede que mi padre prefiriera hacer uso de este último por razones ideológicas, si bien las diferencias en esta cuestión eran nimias entre una y otra publicación, como cabe suponer en plena dictadura, aunque el monograma del yugo y el haz con las flechas en la cabecera seguramente incomodaba a más de uno. 

Había otro motivo más para que yo prefiriera el más pequeño de los diarios: la viñeta diaria de un personaje de papel que arraigó en la memoria gijonesa por aquellos años y que había creado el dibujante Juan Martínez García-Rovés (1906-1978). El Gaviotu fue un cronista familiar de la vida cotidiana, con cuestiones muy apegadas a la vida vecinal de la villa, comentadas con el característico humor playu del viejo barrio de pescadores. Creo que desde 1952 se publicaron algo así como 7.500 viñetas de Rovés, recogidas después en varios libros por la mucha popularidad de que gozaron y que en un tiempo me hicieron creer que la traza de aquel tipo de chiste respondía a la caricatura de alguno de los vecinos de Cimavilla.

Recuerdo haber leído, no se en qué libro -puede que fuera en alguno de Mauro Muñiz-, que hasta bien entrados los años cincuenta y puede que más tarde, había un vendedor ambulante en una de las esquinas de la entonces llamada Plaza del Generalísimo (hoy del Parchís) que voceaba  las cabeceras de uno y otro periódico abreviando la segunda, de modo que al gritar Voluntad y Comer podía interpretarse lo que no era nada raro querer y no poder en aquellos tiempos de carestía. Creo recordar que aquel era un hombre de edad avanzada, muy delgado, con alguna minusvalía en uno de los brazos y el rostro un tanto descarnado y pálido bajo una boina negra raída y sucia.

Voluntad publicó su primer número dos semanas después de la ocupación de la ciudad por las tropas facciosas, el 3 noviembre de 1937, como Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, si bien el primer número que se conserva en la hemeroteca municipal data del 24 de ese mes, quizá porque en sus comienzos llevó por cabecera la de Mar, luego desechada. Puede que por esta razón sea difícil localizar hoy ejemplares de esa primera y breve etapa marinera. Tan marinera que según una información aportada por mi recordado colega Juan Ramón Pérez Las Clotas, Mar se editó en el Club de Regatas, lugar hasta el que se había traído la maquinaria del periódico Euskadi Rojo, perteneciente al Partido Comunista. El director fue una periodista gallego llamado Luis Conde de Rivera y los ejemplares se repartieron gratuitamente por las calles a modo de concienciación nacional-sindicalista. Se puede apreciar en una fotografía de la Plaza del Parchís, fechada el 21 de octubre de 1937 (el mismo día de la ocupación de la ciudad) que algunos ciudadanos llevan enrollada es sus manos una publicación que muy posiblemente fuese Mar.

Plaza del Parchís, después del Generalísimo, el 21 de octubre de 1937 


Otra referencia, sin embargo, da por sentado que Mar se editó en Oviedo, con el subtítulo "De Oviedo para Gijón", y detalla que en la portada de ese primer número aparecían las imágenes de Franco y José Antonio Primo de Rivera, con un titular en el que se daba cuenta de la ocupación de Gijón y "el derrumbe del frente rojo de Oviedo". Según esta información, Voluntad sería dirigido a partir del 3 de noviembre por Miguel Seminario Rojas. También se publica en ese primer número que "fue hallada una documentación, en las dependencias del mando marxista, fechada el 19 de octubre de 1937, en la que "el jefe de artillería Adolfo Prada ordena la destrucción de todas las industrias de Asturias". Lo cierto es que los últimos bombardeos sobre los depósitos de Campsa de Gijón -como todos los que sufrió desde el aire la ciudad durante la guerra- fueron obra de la Legión Condor nazi, cuando ya la ciudad estaba entregada. El último de esos bombardeos data de la víspera misma de la ocupación, día en el que fue destruido el teatro Dindurra, según ilustra una fotografía de Constantino Suárez. En otra imagen, fechada el 22 de octubre, aún se puede percibir la humareda negra que se expande desde los depósitos bombardeados de Campsa.



Como una gran mayoría de los periódicos de cada una de las ciudades que ocupaban las tropas sublevadas, el nacimiento de Voluntad derivó de la incautación de un diario republicano por parte de las nuevas autoridades. En este caso se trató de La Prensa, que había sido un rotativo conservador, cuya redacción y talleres estaban en la calle Marqués de San Esteban, y que dirigió hasta julio de 1936 el mismo periodista que fue puesto al frente de Voluntad quince meses más tarde, Joaquín Alonso Bonet, luego cronista de Gijón en el diario El Comercio. A Bonet debemos, según me apunta amablemente Modesto Fernández, la versión acerca de la edición de Mar en Oviedo, algo que podría ser cierto al menos durante algunos días, si se tiene en cuenta que en esa ciudad ya disponía la prensa del Movimiento de un medio propio, el diario La Nueva España.

A falta de esa primera portada de Voluntad inencontrable, me voy a referir a la que corresponde al día siguiente de la terminación de la guerra.  Ese 2 de abril de 1939 no puede faltar la archiconocida nota oficial del término del conflicto, difundida desde el cuartel general de Francisco Franco, y dos editoriales en sendas columnas laterales en la que se celebra la victoria y la figura de José Antonio Primo de Rivera, respectivamente. En ese mismo número, en la última página, se da cuenta a cuatro columnas de un discurso de Adolf Hitler, por entonces idolatrado por los vencedores de la Guerra Civil gracias a su eficaz colaboración y la de Mussolini en esa victoria. Lo que el Führer grita en esta ocasión, con motivo de la botadura del acorazado Tirpitz, es algo que probablemente fuera un sentimiento muy extendido en el naciente régimen franquista, según se pudo comprobar en los periódicos del régimen hasta bastantes años después: "El poderío de Alemania -leemos en el titular- no podrá ser destruido por ninguna fuerza mundial".  

En la misma página, y junto a la anterior información, más abajo y a tres columnas, el diario asegura que "la esposa del Caudillo comunicó al alcalde de Oviedo interesantes detalles sobre el hallazgo de la Virgen de Covadonga en la embajada española en París", al parecer sin corona. Hay otra noticia también que merece resaltarse, procedente de Madrid, la última ciudad ocupada. Bajo un escueto ladillo en el que leemos "la justicia de Franco" se da conocimiento muy concisamente de que "fue ejecutado el anarquista Mauro Bajatierra (1884-1939), el cabecilla rojo que se atrevió a recibir a las fuerzas nacionales disparando desde su casa". 

Revisando los números de ese primer año, es de resaltar como curiosidad añadida el primer discurso de fin de año del dictador, el más breve sin duda de todos cuantos se difundirán después a lo largo de 37 años, dirigido  esta vez expresamente a los "Combatientes de España", entendiendo por tales a los que se habían sublevado contra el orden constitucional: "A los que estáis en las trincheras bajo la lluvia y el frío y las balas, yo os envío mi fe ardiente que se une con la vuestra de una próxima y definitiva victoria. A los que en la segunda línea padecéis dolor y sufrimiento -viudas, madres; hijos hermanos- os mando mi piedad y mi gratitud por vuestro esfuerzo que es el combate silencioso de todos los días para que la victoria se alcance en la primera línea, para que sea fecundo y duradero el afán de vuestros combatientes por la instauración de un orden nuevo. A vosotros, trabajadores de España, que dais vuestras fatigas por una España mejor y más justa, yo así os lo prometo. A todos os mando mi aliento y mi cariño. ¡Combatientes de España!, por la victoria de nuestra Causa, que es la Causa del mundo cristiano en la tierra:¡Arriba España! ¡Viva España siempre!".


El último número de Voluntad se publicó el domingo 30 de agosto de 1975. Un editorial en portada anunciaba el final del periódico con el nacimiento de otro al martes siguiente, a modo de fusión entre el diario gijonés y el que se publicaba en Oviedo desde los tiempos del coronel Aranda, en principio fiel y luego traidor a la República.  La Nueva España utilizó desde su primer número, publicado el 19 de diciembre de 1936, la rotativa e instalaciones del diario socialista Avance, que habían sido estrenadas recientemente, después de que durante la revolución de octubre de 1934 fuera incendiada su primera sede. Su director, Javier Bueno Bueno, que continuaría publicando Avance en Gijón durante la guerra, fue fusilado por la dictadura en Madrid, donde dirigió la última etapa del diario Claridad, en septiembre de 1939.  

La Nueva España cuenta desde hace bastantes años con una edición en Gijón y  su ubicación está muy cerca de donde en su día tuvo su sede el diario Voluntad. Es curioso hacer notar que la única noticia local en portada de ese último número es la victoria del club de fútbol de la villa en un trofeo veraniego, y que la mayoría de las informaciones que aparecen son de carácter internacional, entre las que destacan los rumores de rebelión militar en Portugal que darían paso a la llamada Revolución de los Claveles. Al diario le faltaron solo tres meses para morir  con el dictador. Hubiera sido su momento, pero la carga deficitaria era demasiado pesada como para esperar esa coincidencia.

PS. Vaya desde aquí mi gratitud, con motivo de este artículo, a quien dirigió Voluntad entre los años 1961 y 1971, el periodista Federico Miraz (1922-2005), que tuvo la atención de leer uno de mis primeros escritos de adolescencia, si bien -después respetar y valorar su contenido-, no me concedió el regalo de publicarlo. Alegó un posible conflicto con las autoridades castrenses a cuenta del Cerro de Santa Catalina, paraje marítimo hace tiempo rescatado de su dependencia militar para solaz y recreo panorámico de lugareños y viajeros. Muy cerca está siendo restaurada la antigua Fábrica de Tabacos, un gran edificio lleno de posibilidades que espero contribuya a potenciar en la ciudad una vida cultural que en los últimos años languideció lamentablemente.





PS2. Publicado el artículo, mi estimado colaborador Modesto aporta como valioso documento la portada del primer número del diario Mar que daba por inencontrable, la del 21 de octubre de 1937, en la que constan las informaciones ya indicadas, así como la hora en que fue ocupada la ciudad por las tropas sublevadas. También leemos en la fecha "De Oviedo para Gijón", por lo que cabe suponer que el periódico se imprimió en los talleres del diario La Nueva España, al menos ese primer o primeros días. Modesto me ha enviado asimismo una fotografía del edificio en el que se editaba Voluntad, esta de 1986, cuando ya el periódico había dejado de salir once años antes y todavía permanecía la cabecera en la fachada.

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