Lazarillo
Para mayor información de aquellos que preconizan tiempos
catastróficos tras la investidura en el día de la fecha de Pedro Sánchez, y
aunque en Portugal no tengan el grave problema territorial suscitado en España
por los necionalismos de uno y otro signo, conviene revisar la información
aportada hoy en el diario La Vanguardia por Anxo Lugilde a propósito de los mismos calificativos
que la derecha prodigó contra el primer gobierno liderado por el socialista António Costa en 2015. No faltaron entre ellos el de tildar de "ilégitimo" al ejecutivo, tal como escuchamos ahora en nuestro país. El término acuñado para definirlo entonces fue el de “geringonça”, que significa una improvisación poco sólida, pero la “geringonça” funcionó.
Apoyado por los comunistas y el Bloque de Izquierda, Costa consolidó una
coalición seria y estable que no dejó de ganar popularidad al revertir los
ajustes impuestos por la troika sin dejar de cumplir con Bruselas, en contra de los diagnósticos apocalípticos de los partidos conservadores. El
apocalipsis no llegó, antes al contrario. Ese mensaje catastrofista favoreció a la izquierda y se
volvió contra la derecha, a la que Costa derrotó en el 2019.
DdA, XVI/4371
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