Yo no se hasta qué punto es adecuado incluir en la cuarta de las vicepresidencias -con la que el presidente del Gobierno ha soprendido al respetable y a su socio de coalición-, la que corresponde a doña Teresa Ribero, una denominación como la que figura en principio para subsanar el gravísimo problema de despoblación que afecta a no pocas comarcas del país. A la vicepresidencia de Transición Ecológica se la ha añadido la coda del Reto Demográfico, entendiendo por ese sustantivo el que responde a una de sus acepciones, la quinta, según el diccionario de la Academia Española: "Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo , y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta". Teniendo en cuenta que la gestión de todo departamento siempre es difícil en mayor o menor medida y que los muchos Terueles que se dan en la geografía española hacen el empeño aún más costoso, deberían haber evitado quienes han empleado esa terminología una expresión, reto, que por muy manida y abusada más parece propia de campaña electoral que de una empresa comprometida de verdad con uno de los más complejos problemas que afectan a España. ¿Que si se le ocurre a este Lazarillo otra expresión menos proclive a esa sonoridad de jerga promocional? Cualquiera, con tal de hacer más creíble el propósito y menos contagiado de programa electoral. Hasta en esto se ha notado que la inclusión de esa cuarta vicepresidencia súbita no fue negociada previamente con Unidas Podemos, algo que al parecer no ha sentado nada bien en el partido morado, como es lógico y esperemos que no sea significativo.
DdA, XVI/4374
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