lunes, 13 de enero de 2020

CUESTIÓN CATALANA: ES NECESARIO CEDER POR LAS DOS PARTES PARA QUE LA GANANCIA SEA COLECTIVA

 Antoni Puigvert i Romaguera (1954) es un escritor y poeta español en lengua catalana, licenciado en Filología Hispánica, que ha ejercido como profesor de Literatura y al que suelo leer en el diario La Vanguardia, en donde colabora semanalmente.  Hoy firma en este periódico el artículo Quien resiste nos hace perder, del que me parece muy a tener en cuenta su advertencia: El conflicto [Cataluña], que ya está marcando una generación, puede arruinar el futuro de las siguientes.También me parece fundamental la conclusión que establece Puigvert: contra el dogma de "quien resiste gana", ahora en España y en Cataluña es necesario  ceder para que la ganancia sea colectiva:

 
La judicialización del conflicto catalán fue la opción del presidente Rajoy, que fue dejando pudrir el problema planteado en Catalunya. Ahora que existe voluntad gubernamental de reconducir políticamente el problema, el TS ha decidido despreciar la oportunidad que le ofrecía el TJUE de situar el contador a cero. El TS no cede, a sabiendas de que sus decisiones acabarán desembocado en los tribunales europeos. A la luz de los incipientes pronunciamientos de estos tribunales, es muy probable que los magistrados españoles sean severamente corregidos. Pero, de momento, encastillados en Las Salesas de Madrid, los magistrados del TS consiguen ralentizar el tiempo jurídico europeo: el problema se pudrirá algo más; y la prisión de los líderes independentistas se alargará mucho. Mientras el caso esté en sus manos, el TS habrá demostrado una fuerza incontestable. Quien resiste gana, por supuesto; aunque esta victoria haga más difícil (quizá incluso imposible) la salida política.

Nadie cede. Tampoco el nacionalismo catalán, que encuentra en las decisiones del TS la posibilidad de continuar presentándose como víctima propiciatoria cuando es evidente (¡y determinante!) su parte de culpa: el desprecio de la legalidad vigente; la desobediencia contumaz al Tribunal Constitucional; la presión sobre los órganos jurídicos más cercanos (TSJC); la exclusión de los partidos e instituciones contrarias (o simplemente distantes) al procés; y, finalmente, el unilateralismo.

La debilidad popular con que, estos días, el president Torra defiende su posición es debida a las discrepancias estratégicas entre JuntsXCat y ERC, sí. Pero es también efecto de la forma con que el propio Torra ha devaluado su cargo jugando al gato y al ratón con la Junta electoral, como si la cátedra del presidente de la Generalitat fuera el asiento escolar de un chiquillo travieso. De no estar tan obsesionado practicando el españolísimo principio de “quien resiste, gana”, el episodio bíblico de la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob por un plato de lentejas serviría a Torra, buen lector de la Biblia, como motivo de reflexión.

Quizás gane quien resista; pero seguro que el país pierde. Llevamos demasiados años de conflicto. El cómputo negativo en los campos económico y relacional es enorme. De la Catalunya dividida estamos pasando a la España partida en dos. El conflicto, que ya está marcando una generación, puede arruinar el futuro de las siguientes. Por ello, desde la sociedad civil, hay que reforzar como sea todo aquello que ayude a pacificar el conflicto y a fomentar la mutua concesión.

El pacto PSOE y Podemos tiene una nota positiva indudable: la incorporación de ERC al terreno del encuentro. ERC aguanta presiones de ambos lados no sin inmensas dificultades (Bassa, TS, Torra). Está cristalizando una corriente desinflamatoria, que cuestiona la lógica de las trincheras. Lástima que ningún sector del PP suba al carro de la mediación. Contra el dogma de “quien resiste, gana”, ahora mismo lo más revolucionario en España y Catalunya es ceder. Ceder para que la ganancia sea colectiva.

                 DdA, XVI/4377              

No hay comentarios:

Publicar un comentario