martes, 17 de diciembre de 2019

SIRIO COQUETEA CON EL TOCADOR DE LA MEMORIA


Félix Población

Sirio es la estrella más brillante del cielo nocturno y muchas veces amanece junto a las imágenes más queridas de la memoria: una niña de cuatro años que se interna en un bosque del alto Tormes con un palo en la mano y el jersey de colores que le hiciera su madre, y una adolescente que abraza a su padre en una playa del norte, después de sentirse crecer y reír entre las olas. Muchas son las veces en las que Sirio busca acogimiento entre los retratos familiares del tocador, como si jugara a esconderse entre sus limitadísimos rincones, no se si para  encajarse y hacer patente entre ellos el jubiloso despertar que respira su fotogenia recién amanecida. Tanta ha sido su insistencia casi cotidiana en esa costumbre que me he visto obligado a decirle, al tiempo que lo dejaba listo por fin para ser enmarcado, que también esos ojos que no dejan de descubrirlo todo en la rutina de los días, sin el más mínimo síntoma de decaimiento, también esa mirada tan encendida como su nombre tendrá su acomodo sin duda entre las fotografías más queridas. Dicho lo cual, esa fue la cara que puso, como si dentro de su escucha mi voz y su tono fueran lo suficientemente explícitos como para entender que no hablaba en vano y que al fin había conseguido su objetivo: su propia imagen en el tocador de la memoria.

                DdA, XV/4367              

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