Lazarillo
La Sexta nos ofreció ayer una edición del programa Salvados que quiso hacernos creer en dos Bolivias enfrentadas, del mismo modo que muchos se empecinan en hablar de dos Españas cuando se refieren a nuestra Guerra Incivil. En Bolivia, una minoría oligárquica contó con el ejército para dar un golpe de Estado. No vale, por lo tanto -tal como hace La Sexta-, poner entre interrogantes este hecho y paliar su falsedad aplicando los mismos signos ortográficos al fraude electoral denunciado por la oposición. Tampoco estuvo muy agudo Gonzo con sus preguntas facilonas al opositor Carlos Mesa (echamos de menos al Évole que entrevistó al presidente Maduro), sin una sola repregunta que cuestionara sus asertos. Se echó de menos, asimismo, la presencia del vicepresidente derrocado García Linera, cuya contrastada sabiduría política habría sido de agradecer para explicarnos la emoción, el llanto y la desesperación de los ciudadanos indígenas a los que Gonzo ofreció el micrófono sin que apenas pudieran expresar el desasosiego y pesar que les afecta por su familiares asesinados. Esto, como espectáculo de interés humano puede resultar conmovedor, pero a la postre nos deja con la sensación de que el reportero de La Sexta no ha querido mojarse con lo que a todas luces ha sido y será siempre un golpe de Estado, en el que los militares han tenido licencia para matar y han asesinado.
DdA, XV/4354
No hay comentarios:
Publicar un comentario