jueves, 5 de diciembre de 2019

EL ROBO COMO TERAPIA DE LA SOLEDAD SENIL


Félix Población

Aquí en España se viene hablando desde hace mucho de una sociedad envejecida. Hace nada supimos que en la provincia de Salamanca había más viejos que jóvenes. Algo similar ocurre en otras partes del país. También en Japón la población sufre un envejecimiento crónico. Se trata de la nación más envejecida del planeta. Casi el 30 por ciento de sus habitantes supera los 65 años.  

Allí, como aquí, la soledad de los ancianos de está haciendo notar hasta el punto de darle carácter de epidemia. No se en el viejo imperio del sol naciente, pero aquí la soledad también se percibe por el número de mascotas que hay en los hogares. Igualmente, Reino Unido soporta ese mismo problema. Nueve millones de personas se sienten solas. Hubo una diputada laborista que recomendó en su día a la primera ministra, Teresa May, crear un Ministerio de la Soledad. A la diputada la mataron a tiros en un atentado neonazi en 2016, pero que el departamento permanece.

Hay quien habla de la soledad como de la gran epidemia de nuestros días. Otra podía ser el estrés, pero yendo a lo que vamos es de resaltar que en Japón ha crecido substancialmente el número de robos cometidos por sus mayores, y lo que se ha descubierto, previo análisis de tan insólito hecho, es que en el 90 por ciento de los casos esos delitos no obedecen a una merma en us pensiones, sino al deseo de quienes los cometen de ir a la cárcel, en evitación de la soledad que los consume.  

Hace algo menos de treinta años, los delitos cometidos por mayores de 60 años llegaba al 4% del total, según datos de la Agencia Nacional de Policía. En la actualidad los delitos cometidos por mayores de 60 años llega al 25%. Un aumento del 600 por cien. ¿Que cuántos ancianos hay en las cárceles japonesas?: Cinco mil, el 20 por ciento de la población reclusa. 

Puede que con el robo esos ancianos estén dando la respuesta más pertinente a la causa por la que el sistema y la sociedad que el sistema genera los deja solos, cuando ya no son sujetos productores. Toda una gran paradoja que en los recintos donde se purgan los delitos encuentren lo que les falta fuera: compañía y palabras para llegar hasta el final, aunque sea preso.

                       DdA, XV/4357                 

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