sábado, 21 de diciembre de 2019

EL GUERRILLERO ANTIFRANQUISTA CAMILO DE DIOS TAMBIÉN LO FUE EL 23-F

Lazarillo

Nunca expresó rencor contra nadie, nunca dejó de ser amigo de nadie por diferencias politicas. El acto en memoria del último guerrillero gallego contra la dictadura, fallecido hace unos días a los 86 años de edad, comenzó con el emocionante canto del himno de la guerrilla, primero susurrado y después cantado a capela por el camarada Luis Ferreiro, y acabó con el himno gallego tocado a la gaita por Raúl Galego. En el abarrotado tanatorio municipal de Sandiás (Ourense), comunistas históricos y jóvenes, de toda Galicia, socialistas locales y muchos vecinos, despedían ayer al guerrillero comunista Camilo de Dios. Sus camaradas de partido Manolo Peña Rey y Alonso Montero lo describieron como un luchador por la libertad y, sobre todo, como un hombre bueno que tenía amigos de todos los colores. Su actividad antirrégimen franquista comenzó de niño, siguiendo el ejemplo de sus padres; después se lanzó al monte, estuvo en la cárcel -lo mismo que su madre- y sufrió tortura. Un día se cruzó en la calle con su torturador y se limitó a decir: “¡Ese cabrón!”Su última batalla por la libertad fue en el 23- F. Junto con el abogado Alfonso Pazos crearon salidas hacia Portugal para los que corrían peligro y, junto con otros dos guerrilleros locales, echó mano de su escopeta de caza patrullando la comarca.El final de tanto horror fue hace unos pocos años cuando gracias a la “memoria histórica” recuperó el cadáver de su hermano, fusilado en Castilla, al que sepultó en el panteón familar de Sandiás. Periódicamente sabíamos uno del otro a través de Juan José Cid, su vecino y mi compañero de trabajo. Nunca expresó rencor contra nadie, nunca dejó de ser amigo de nadie por diferencias politicas y los años de democracia los vivió integrado en su pueblo, donde trabajaba una granja, respetado por sus compañeros de partido y manteniéndose firme en su afán por ser un hombre bueno.

                   DdA, XV/4361                

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