domingo, 22 de diciembre de 2019

EL ARSENAL DE FERROL QUIERE HONRAR A LOS MILITARES QUE DEFENDIERON LA REPÚBLICA CON SU VIDA

No pocos militares felones de los que apoyaron el golpe del 18 de julio de 1936 tuvieron calles con su nombre en la España de la dictadura e incluso muchos años después de fallecido su cabecilla, al que llamaban caudillo por la gracia de Dios. Lo podemos comprobar en la patria chica de Franco. ¿Para cuándo la democracia instaurada con la Constitución aprobada en diciembre de 1978 honrará a aquellos otros militares que por defender el orden constitucional del 14 de abril de 1931 fueron ejecutados por sus compañeros de armas sublevados? 


Una noticia publicada en febrero de este años por eldiario.es daba cuenta de que  el 3 de marzo de 1981 el pleno del Ayuntamiento de Ferrol aprobó el cambio de denominación de 61 calles y plazas de la ciudad, eliminando todas aquellas que hacían referencia a figuras relacionadas con la dictadura. La propuesta fue aprobada con los votos a favor de PSOE, PCG y Unidade Galega y con los votos en contra de UCD y Coalición Democrática. La decisión no gustó en la cúpula militar, llena de nostálgicos de la dictadura, que acordó bautizar diez calles interiores del Arsenal de la ciudad, instalaciones sobre las que el Ayuntamiento no tenía competencia, dándoles los nombres de otros tantos héroes militares o personalidades del régimen, como Carrero Blanco o Salvador Moreno, o de elementos relacionados con la victoria franquista, como el Crucero Baleares. 
El colectivo de militares (alrededor de un centenar, la mayor parte en la reserva) que hace unos meses hizo público el Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas acaba de solicitar que el Arsenal de Ferrol elimine las denominaciones que continúan exaltando la dictadura y las sustituya por los nombres de otros diez militares que se significaron por su defensa de la democracia. Hace ya diez meses entregaron su reclamación en el propio Arsenal y en el registro del Ministerio de Defensa, un texto que acompañan de un dossier encargado al historiador Bernardo Máiz que detalla las razones que hacen merecedores de este reconocimiento a los diez militares demócratas. En las cartas entregadas y firmadas por Arturo Maira Rodríguez, Capitán de Navío del Cuerpo de Ingenieros Electricistas de la Armada (retirado) y portavoz del Manifiesto en Contra del franquismo en las Fuerzas Armadas, se propone la supresión de las calles Almirante Vierna, Crucero Baleares, Soldado Lois, Almirante Honorio Cornejo, Cándido Pérez, González Llanos; también de las avenidas Almirante Fernández Martín y Salvador Moreno: y de la plaza Marqués de Alborán. La placa de la calle Carrero Blanco fue retirada en el año 2014. Además, se sugiere que sean sustituidas por los siguientes militares, que en su mayoría murieron defendiendo la legalidad republicana:
  • Condestable Dionisio Mouriño González
  • Contralmirante Antonio Azarola Gresillón. Jefe del Arsenal.
  • Cabo de Artillería Naval Ramiro Corredeguas Castro
  • Teniente de Navío Luis Sánchez Pinzón.
  • Capitán de Navío Sandalio Sánchez Ferragut, Comandante del 'Cervera'.
  • Condestable Vicente Peña Tarrasa, guerrillero antifranquista
  • Condestable Carlos Allegue
  • Teniente Coronel Benito Sacaluga Rodríguez. Jefe de Máquinas del 'Jaime I'
  • Coronel Médico de la Armada Luis Pérez Carballa
  • Capitán de Corbeta Antonio Sanjuán Cañete
     
Luis Pérez Carballa nació en Sanxenxo, Pontevedra, en 1881. Entró como médico en el Cuerpo de Sanidad de la Armada por oposición en 1905. Su tiempo de embarque en buques de la Armada fue superior a 5 años. En dependencias de Tierra, estación torpedista de Ferrol, arsenales, bases militares, y hospitales de marina, 23 años. Pérez Carballa recibió la cruz roja del mérito naval de primera clase, la cruz de caballero de la corona de Italia, la medalla conmemorativa de los terremotos de Sicilia y Calabria, y el pasador “Beni Bu Gafar” en la medalla de Melilla.
Pérez Carballa se casó en los primeros días de agosto de 1907 con Rosa Barbeito Cañete, de Ferrol. Tuvieron 8 hijos. Pasó al retiro a petición propia en 1934, durante el Bienio Negro. Luís Pérez Carballa tenía conciencia de ciudadano libre, era Republicano y pertenecía a varias logias masónicas. Cumplió su juramento expreso de lealtad a la II República y respetó la voluntad soberana del pueblo español, que votó libremente en las elecciones democráticas de febrero de 1936.
Pocos meses antes de la sublevación militar, Luis Pérez Carballa escribió una carta a su amigo Marcelino Domingo Sanjuán, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, manifestándole sus temores ante una posible dictadura militar: “..los peores enemigos del régimen tienen más experiencia que antes y con pieles de cordero han de apelar a todos los medios para frustrar los mejores propósitos de los Republicanos, pero yo espero que serán defraudados en sus designios siniestros. Son los mismos de la noche de Michelet alumbrada por las hogueras de la Inquisición al servicio de la Teocracia Romana. Por de pronto ya comienzan con una campaña de bulos y engaños para producir el desasosiego, pensando en una dictadura militar..”.
El 18 de julio escribió esta carta al ministro de Marina, Don José Giral y Pedreira: “Acabo de saber, si bien ya lo esperaba hace mucho tiempo, que estalló un movimiento revolucionario contra nuestra amada República, o por lo menos contra la situación política que el pueblo libremente supo darle. Ante esto no sólo por deber, sino respondiendo a sentimientos muy hondos, que llevo en el alma desde niño, me permito escribirle para en su persona, manifestar una vez más mi inquebrantable adhesión al régimen, al Gobierno y a la persona de Vd. Así mismo me ofrezco con el máximo espíritu de sacrificio para cuanto me estime de utilidad, por si mis servicios pudieran ser de utilidad.”
La carta anterior fue interceptada ilegalmente, antes de llegar a su destino, por Victoriano Suanzes, capitán de la guardia civil y delegado de orden público nombrado por los rebeldes. El 3 de septiembre se le obligó a firmar un documento retractándose de pertenecer a la masonería y declarándose cristiano. Pocos días después se le desterró a Tudela (Navarra), con pérdida de los haberes, como “desafecto al movimiento salvador de España”. El 12 de diciembre, en Pamplona, se le obligó a firmar un documento declarando no estar conforme con la política del Frente Popular, no pertenecer a la secta masónica, y estar de acuerdo con el Movimiento salvador de nuestro Ejército y Armada.
Fue trasladado a Ferrol a principios de febrero siendo encarcelado en el buque prisión “Contramaestre Casado”. El 10 de febrero de 1937 en Consejo de Guerra se le acusó, entre otros delitos, de colaborar con los fines perseguidos por la insurrección rojo-separatista. Fue condenado a muerte por un delito consumado de rebelión militar. Sus auténticos “delitos” fueron ser republicano, masón y ponerse a disposición del ministro de Marina del gobierno legítimo para defender, en la forma que se le requiriese, a la II República. Luis Pérez Carballa, coronel médico de la Armada retirado, de 55 años de edad, fue asesinado por fusilamiento ilegal en la Punta del Martillo del Arsenal Militar de Ferrol el 15 de marzo de 1937 a los 55 años de edad. Después fue introducido en el nicho 113 del cementerio de Canido, de Ferrol.
Tuvo una conciencia solidaria y libre. Fue un buen español. La Armada no lo incluye en su historia oficial. Mantiene su verdad y su recuerdo enterrado en sus archivos.

                       DdA, XV/4362                 

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