jueves, 7 de noviembre de 2019

VOX, LA NUEVA ESPAÑA Y LOS MOROS CON CUATRO MUJERES


Félix Población

Mientras el partido de la ultraderecha neofranquista sigue ganando escaños demoscópicos gracias a las algaradas protagonizadas en Cataluña por el nacionalismo independentista catalán más cerril, con Torra y los CDR a la cabeza, no pocos medios de comunicación están prestando una cobertura desmesurada a Vox en el resto del país desde hace unas semanas. 

Aunque se trate de un partido que veta a otros muchos medios, como acaba de hacer con la SER y el diario El País, allá en Asturias parece que Vox cuenta con especial favor mediático. Sobre todo en Oviedo, cuyo Ayuntamiento ha vuelto a ser gobernado por una derecha de fartódromo, más radical que nunca, acomplejada por la ultraderecha que hizo posible su retorno al gobierno municipal.

Observen el derroche gráfico desplegado a toda página por el diario La Nueva España y compárese con el espacio tipográfico dispensado por ese mismo periódico a los actos electorales de Unidas Podemos, un partido que duplica casi el número de escaños obtenidos por Vox en el Congreso de los Diputados. 

Sería de esperar, por la "profundidad" del mensaje vertido por el candidato Figaredo en el foro de un partida de cartas, que los jugadores reunidos y los propios lectores del periódico tuvieran conciencia de que a un discurso tan rancio, machista, tabernario y burdamente xenófobo no se le puede otorgar en un periódico con dignidad semejante despliegue informativo. Sobre todo si, como apunta mi estimado Diego Díaz, quien lo difunde es un descendiente de una larga saga de la burguesía corrupta, familiar del presidiario Rato, exministro y mano derecha del presidente Aznar, expresidente del FMI y Bankia. 

Es de recordar, ahora que desde su ámbito familiar se propala que "no hay dinero para pensiones y sí para un moro con cuatro mujeres",  que entre los gastos más significativos con cargo a la tarjeta black de don Rodrigo había uno que se cifraba en más de 3.500 euros en bebidas alcohólicas, seguido de otro de casi 3.000 bajo el epígrafe  "club, salas, fiesta, pub, discoteca". La corrupción, de la que forma parte Rato, nos cuesta a los españoles 90.000 millones de euros al año, a razón de casi 2.000 euros por cabeza. Esto nunca lo denunciará un Figaredo de Vox en una campaña electoral en Asturias.Vox es como el PP con dos carajillos, dijo alguien estos días.

PS. El veto de Vox al Grupo mediático PRISA es una decisión completamente coherente con su pensamiento, heredero del franquismo, al cual, la libertad —la ajena—, nunca le pareció un derecho comprensible. La voz de Iñaki Gabilondo.

LA PROFUNDIDAD POLÍTICA VOX 
SE CORRESPONDE CON LA DE LOS INVENTORES  DEL HACHA DE SILEX
Reconoce este modesto Ojo que a pesar de su provecta edad, nunca dejará de asombrarse ante algunos sucedidos. Resulta que es ahora, a pocas jornadas de las elecciones, cuando políticos de variada militancia, analistas cultísimos, amén de la ciudadanía en general, fontaneros, arquitectas, químicas y carpinteros, han descubierto -oh, qué horror-que Vox es un partido ultrarreaccionario.
¡Qué barbaridades y cuántas mentiras soltó Abascal, el homo erectus, en el debate del lunes, pregonan asombrados!
¿De verdad no sabían ustedes, niños y niñas, que la profundidad política de Vox se corresponde con la de los inventores del hacha de sílex? No se me hagan ahora los finos, que desde el primer día que aparecieron se mostraron como lo que son: fachas, fachas, fachas.
Todos, todos lo sabían y les rieron las gracias. Y, sobre todo, están al cabo de la calle el pimpollo Casado, con el PP joven y viejo detrás, junto al menguante Rivera y sus educados catedráticos de Economía o de Ética cuando pactan con ellos, chupando sus votos para mandar en Andalucía o Madrid. Unos descarados. José María Izquierdo

                       DdA, XV/4331                   

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