Aitana Castaño
En
los mítines del partido que no puede ser nombrado leen nombres de
beneficiarios de ayudas sociales y los asistentes se ponen a abuchear y
gritan "fuera, fuera" y alguno hasta escupe. Esto está pasando, no es que yo me lo invente. ESTÁ PASANDO HOY.
Tenemos que ser conscientes de que esta gente que busca convencer al pueblo de que todos los males que sufren en sus vidas (paro, precariedad laboral, sueldos de mierda, alquileres altísimos, recortes en Sanidad y Educación y largo etcétera) son culpa de los inmigrantes, lo único que hacen es poner el foco en el eslabón más débil, al que es más fácil odiar para ganar poder y seguir ahondando en los males que ya tenemos. Y por supuesto, crear otros. Para tenernos llenos de miedo y que pensemos que necesitamos que alguien nos diga lo que vestir, lo que pensar, lo que comer, lo que rezar (o si rezar). Y la gente se convence. Se convence sin razonar, sin pararse a pensar ni un ratito. Y grita, abuchea, escupe... si la escala sube podría llegar a pegar, a matar... ¿Por qué no si ellos, los inmigrantes, son el mal? De verdad que lo creen.
El caso es que llevan años diciéndonos "el que olvida la historia está condenado a repetirla". Y resulta que es mentira. Que la histora se repite igual por mucho que sepamos que leer listas de personas públicamente y abuchearlas, y gritarles, y escupirles, y pegarles y matarles ya pasó en Alemania en 1941*. Si no lo remediamos pasará en España en 2019 (y eso que no nos hemos olvidado). Porque no queridas. No.
Repitamos fuerte y a todo el que se nos ponga por delante. Los inmigrantes no son los que cierran empresas y las mandan a Polonia, no son los que firman reformas laborales que abaratan el despido y confunden con miedo, no son los que -dueños de todo el parque inmobiliario de España- hacen con la vivienda lo que les sale de ahí y no son los que, ay, redactan unos presupuestos anuales que dejan hospitales y colegios en la miseria. NO SON. (Y lo sabemos, entre otras cosas, porque aquí donde nos veis, también nosotras somos hijas y nietas de inmigrantes).
Tenemos que ser conscientes de que esta gente que busca convencer al pueblo de que todos los males que sufren en sus vidas (paro, precariedad laboral, sueldos de mierda, alquileres altísimos, recortes en Sanidad y Educación y largo etcétera) son culpa de los inmigrantes, lo único que hacen es poner el foco en el eslabón más débil, al que es más fácil odiar para ganar poder y seguir ahondando en los males que ya tenemos. Y por supuesto, crear otros. Para tenernos llenos de miedo y que pensemos que necesitamos que alguien nos diga lo que vestir, lo que pensar, lo que comer, lo que rezar (o si rezar). Y la gente se convence. Se convence sin razonar, sin pararse a pensar ni un ratito. Y grita, abuchea, escupe... si la escala sube podría llegar a pegar, a matar... ¿Por qué no si ellos, los inmigrantes, son el mal? De verdad que lo creen.
El caso es que llevan años diciéndonos "el que olvida la historia está condenado a repetirla". Y resulta que es mentira. Que la histora se repite igual por mucho que sepamos que leer listas de personas públicamente y abuchearlas, y gritarles, y escupirles, y pegarles y matarles ya pasó en Alemania en 1941*. Si no lo remediamos pasará en España en 2019 (y eso que no nos hemos olvidado). Porque no queridas. No.
Repitamos fuerte y a todo el que se nos ponga por delante. Los inmigrantes no son los que cierran empresas y las mandan a Polonia, no son los que firman reformas laborales que abaratan el despido y confunden con miedo, no son los que -dueños de todo el parque inmobiliario de España- hacen con la vivienda lo que les sale de ahí y no son los que, ay, redactan unos presupuestos anuales que dejan hospitales y colegios en la miseria. NO SON. (Y lo sabemos, entre otras cosas, porque aquí donde nos veis, también nosotras somos hijas y nietas de inmigrantes).
Y
dejarte convencer por lo contrario no solo te convierte en una fascista,
además, te roba el alma y, por supuesto, hace que parezcas mucho más
fea.
*El 6 de septiembre de 1941, la Policía de Berlín ordenó que todos los judíos de más de seis años llevaran una estrella de David de color amarillo bordada en el lado izquierdo de sus ropas para poder ser identificados. Y así poder abuchearlos, y así, poder escupirles.
*El 6 de septiembre de 1941, la Policía de Berlín ordenó que todos los judíos de más de seis años llevaran una estrella de David de color amarillo bordada en el lado izquierdo de sus ropas para poder ser identificados. Y así poder abuchearlos, y así, poder escupirles.
DdA, XV/4325
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