Félix Población
Cada vez tiendo más a eliminar el fútbol como distracción, aunque mantenga mi gusto por ese deporte. Considero que en este país se le dedican demasiadas horas de atención y muchísimas de emisión mediática, ya sea en emisoras de radio o canales de televisión.
No puedo entender que durante los fines de semana, o a mitad de semana con las competiciones internacionales, se ofrezcan dilatadísimos programas radiofónicas vespertinos y nocturnos, durante los cuales se vocifera y grita todo cuanto se cuenta, por nimio que sea, con tal de fomentar una atmósfera emocional tal falsa como pueril.
Quizá porque hemos llegado a estos niveles de saturación y a unas sumas de negocio tan escandalosamente altas, en el fútbol se cometen tropelías tan deplorables como la destitución del actual entrenador de la selección española de fútbol, que ha logrado clasificar a nuestra país como cabeza de grupo para la Eurocopa, sin haber perdido un solo partido.
Robert Moreno había sustituido a Luis Enrique tras el fallecimiento de la hija de este, habiendo sido su ayudante hasta entonces. Que ahora vuelva Luis Enrique y a Moreno no se le permita seguir siendo lo que era, poniendo en su lugar a otro ayudante, me parece muy lamentable e injusto por parte del presidente de la Federación Española de Fútbol. Y también, sin duda, por parte de Luis Enrique.
Ayer, después de haber marcado la selección doce goles por ninguno en contra en los dos últuimos y magníficos partidos, Robert Moreno se despidió entre lágrimas de sus jugadores. No se lo que hoy dirá Luis Enrique en su presentación, pero el silencio de su excompañero de banquillo se lo pone muy difícil para volver a su cargo con una cierta dignidad.
DdA, XV/4342
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