Ana Cuevas
Dice Santiago Abascal que él no está en contra de que las parejas homosexuales adopten niños. Eso sí, los que no quiere nadie. Esos críos que los espartanos hubieran arrojado por un precipicio o que los nazis hubieran reducido a cenizas en sus eficientes hornos crematorios. Ya saben, los defectuosos, los niños que sobran.
Dice Santiago Abascal que él no está en contra de que las parejas homosexuales adopten niños. Eso sí, los que no quiere nadie. Esos críos que los espartanos hubieran arrojado por un precipicio o que los nazis hubieran reducido a cenizas en sus eficientes hornos crematorios. Ya saben, los defectuosos, los niños que sobran.
La cuestión es
determinar qué criaturas entran en esa categoría de deshechos humanos a
la que alude este primo. ¿Quiénes son los niños que no quiere nadie
Santiago?. ¿Niños con enfermedades o minusvalías graves?. ¿Hablamos de
pequeños con síndrome de Down o basta con que sean de otra raza, de otro
color de piel?. ¿O quizás de críos que se pasan casi toda su vida en el
sistema y son demasiado mayores para satisfacer las expectativas de
unos posibles padres adoptivos?
Dos de esos niños que le
sobran al líder de ultraderecha son mis hijos. Sometidos a una
existencia de brutales maltratos y abandonos durante su primera infancia
podían aparecer como mercancía dañada a los ojos de mucha gente. Con doce años tienen ya su personalidad formada- nos advertían en nuestro entorno- ¡No sabéis dónde os estáis metiendo!
Y
era cierto. Puede que fuéramos jóvenes e inconscientes. Pero sabíamos
algo: Ellos necesitaban sentirse amados, como todos, y a nosotros nos
resultó fácil amarlos. Una sencilla ecuación que, más de dos décadas
después, sigue funcionando con naturalidad. Nuestros lazos son más
fuertes que la sangre. Hoy en día son dos hombres buenos y útiles para
la sociedad. El mayor orgullo de mi vida.
No existen niños de
primera o de segunda. Y mucho menos que sobren. Lo que faltan son
corazones generosos y valientes independientemente de su identidad
sexual.
¿Qué les parecería un tipo homófobo, armado, racista,
misógino e intolerante como candidato a adoptar un tierno infante? No
parece el perfil idóneo por muy heterosexual que sea.
Conozco
parejas homosexuales que son padres y madres excepcionales y que
enseñan a sus hijos en el amor y contra la intolerancia que ellos mismos
padecieron. Personas buenas que logran que germinen otras buenas
personas. Eso es mejorar la especie señores nazis patrios, lo demás es
vomitar mierda. Que, por otro lado, es lo suyo.
No en vano,
VOX se ha negado a firmar la declaración internacional de los derechos
del niño. ¿Por qué? Supongo que, una vez que salen de los úteros,
pierden todo el interés para ellos.
Hay quien dice que lo
mejor es ignorar a esta ultraderecha tramontana que envuelve sus
porquerías en la bandera de España. Yo creo que hay que plantarles
cara.
Como se la plantó una mujer en silla de ruedas, víctima de la violencia machista, al chulo de Ortega Smith. Él desvió la mirada.
¿Cobardía o un atisbo de vergüenza? Va a ser lo primero, porque la segunda ni la conocen ni la esperan.
DdA, XV/4348
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