viernes, 15 de noviembre de 2019

AQUILINO BARAGAÑO, EL RUISEÑOR DE LANGREO, VOLVERÁ A ASTURIAS


Félix Población

"Verás, en mi familia, mi abuelo era un “desconocido”, nunca nos habían hablado de él, sólo que había desaparecido en el frente de Belmonte. Un día decidí buscarle, saber quién era y dónde estaba. De no tener nada de él, terminé teniendo hasta su ficha de la mina, su foto, su huella de la mano, supe dónde había nacido, dónde había estudiado, conocí de él que era muy cantarín, que era pequeñu de estatura, pero muy guerrero y mil cosas más. Aprendí a quererle, todos en mi familia aprendimos a quererle, ya era una persona, nuestro abuelo, que no habíamos conocido pero que ya sabíamos todo de él".

"Cuando nos enteramos que estaba en el Valle, yo fui con Luis Miguel Cuervo al Valle a llevarle unas flores, se las dejé en la puerta del recinto donde estaba, estuve llorando mucho tiempo, le pedí perdón por no haberle buscado antes y le prometí, me prometí a mi misma que haría todo lo posible para traerlo a casa. Al "güelín" lo quiero traer a su tierra, que es la mía, por sentimiento y por justicia, por justicia a todas las víctimas que fueron utilizadas para rellenar el mausoleo del dictador. Por todas las que están tiradas en las cunetas. Si consigo traer a mi abuelo a casa será como una batalla ganada a la injusticia, una especie de venganza hacia los asesinos de tantas personas. Es decir …pues queríais que estuviera aquí, tirado, pues ahora su familia lo sacará de ahí y lo traerá a casa. No puedo, no podemos rendirnos, o ellos ganarían".


Han pasado nada menos que diez años de trámites y Maribel Luna Baragaño ha tenido por fin hace unos días la noticia más esperada durante tanto tiempo, como si el desalojo de la momia del dictador hace semanas hubiera movido los resortes requeridos: el consejo de administración de Patrimonio Nacional autoriza por fin la exhumación de los restos mortales de 31 combatientes defensores de la segunda Repúblic, inhumados sin la autorización de sus familias en el Valle de los Caídos durante la dictadura. 

Carne laboral del picador Aquilino Baragaño

Uno de esos luchadores en defensa de la democracia es el abuelo de Maribel, Aquilino Baragaño Montes, al que se le conocía por El ruiseñor de Langreo por sus facultades para cantar la tonada asturiana. Sus restos fueron trasladados el 2 de Julio de 1959 desde el cementerio de La Barrosa, en Salas, al valle de Franco, inaugurado el 2 de abril de ese mismo año.  Fueron registrados con el número 10.032. Los colocaron en el columbario 2135, cripta derecha, piso 3º. Según la relación de los trasladados desde Salas, en la primera hoja figura una anotación importante, los llevaron “individualizados e identificados”, algo que no ocurre en otras páginas.

La ficha biográfica del Ruiseñor de Langreo recobra en estas circunstancias, cuando posiblemente no tarden mucho sus restos en ser acogidos por la tierra en la que nació y donde lo mataron,  una significación especial. Aquilino nació el día 1  de Mayo de 1910 en Candaneo, fue bautizado el 15 de mayo del mismo año en la parroquia de Riaño. Sus padres eran Crisanto Baragaño Fernández, natural de Riaño y Francisca Montes Miranda, del mismo lugar. Crisanto Baragaño se casó en primeras nupcias con Francisca Montes con la que tuvo cinco hijos. Aquilino, Reinerio (soltero, murió en el manicomio), Nuncia, Orive y Pepe. Estos dos últimos emigraron a Argentina. Del segundo matrimonio entre Crisanto y Pilara, nacieron otros cinco hijos: Eudosia (soltera), Norino (se casó con Ermelinda), Secundino (Cuno el de la Ika),  Elena (se casó con Aurelio hija Pili). Y por último Zulima.

Aquilino Baragaño estudió en las escuelas de Peñarrubia y cantaba en el Orfeón de Mieres. Solía ir por los bares y siempre cantaba. Llevaba pantalones llamados “chachullos”. Era bajito y muy alegre. Ingresó en la mina el 24 de diciembre de 1925, sección Pozo. El 1 de enero de 1930 era ayudante de picador, con un jornal  de 7,75 pesetas. El 1 de agosto de 1931 seguía como ayudante de picador y su salario era de 9,50. El 1 de noviembre de 1933 era picador. El 28 de junio de 1935 causó baja por huelga ilegal, ingresó nuevamente con fecha 12 de julio de 1935. Lugar de trabajo Pozo Fondón. 

El día 31 de diciembre de 1936 causó baja en el trabajo. Pertenecía a la CNT de Langreo. Participó en la llamada Revolución de Octubre de 1934, en el asalto al cuartel de La Felguera, posiblemente también haya ido a Oviedo. Fue de los primeros anarquistas voluntarios en la Guerra de España. Fue movilizado con fecha 1 de agosto. El 21 de agosto de 1936 participó con el grupo de Carrocera en los asaltos a los cuarteles de Simancas y Zapadores, situados respectivamente en el actual Colegio de la Inmaculada y en el Cuartel del Coto de Gijón.  Posteriormente estuvo en La Mallecina en Salas. Agosto 1936.

En septiembre se reorganizaron como batallón “compañía Amanecer”.  Hoja de ingreso en Milicias en fecha 1 de setiembre de 1936. Se alistó en el Batallón 10 de Higinio Carrocera, luego llamado 210 de Asturias. El Batallón Carrocera nº 210 fue una unidad creada exclusivamente con voluntarios de CNT, alistándose en el mismo una buena parte de los cenetistas langreanos. Recibió este nombre en honor de su comandante, un metalúrgico vecino de Barros y trabajador de Duro Felguera llamado Higinio Carrocera Mortera,  fue fusilado en Oviedo al final de la guerra.





Estuvo también en el monte de Los Pinos, en Grado y luego en Belmonte. En Marzo de 1937, el batallón continua ocupando las posiciones de Loma Alta, Requejo, Moutas, La Parriella, Mestas, Coruxu y Castañedo. Tienen la comandancia en Bárzana. El día 21 de marzo ocupan la loma del pico de Folgueras. A la noche y al hacer una incursión en el campo enemigo situado en Quintoños, se sostiene un combate resultando herido en la cabeza, junto a otro compañero. Al hacer el parte de su muerte figura con el grado de Cabo. Estaba encuadrado en la 3ªCía –1ª Sección- 4ª E.  Según el parte del día 11 Abril de 1937 esta Cía estaba situada en La Parriella y Las Mesas.

Según nos contó un vecino de Quintoños, recuerda como sus compañeros le decían “Quilinín ven, Quilinín ven”, pero Aquilino ya no pudo volver. Le cogieron prisionero, le llevaron a Cornellana y de ahí al Hospital Militar de Salas, donde el día 22 de marzo de 1937 falleció. El 14 de abril fue inscrito en el Registro Civil de Salas, según certificación facultativa en virtud de la comunicación del Jefe del Hospital Militar de la villa. Su cuerpo según el certificado fue enterrado en el cementerio de Salas. Este cementerio ya estaba lleno por lo que habilitaron uno en La Barrosa, donde fue enterrado junto a Amparo y las enanitas de Grado.

Es de esperar, después de tan larga espera, que el "guelín" Aquilino, tanto tiempo "desconocido" para su nieta, vuelva pronto a la tierra de la que lo secuestraron para ser reinhumado en el Valle de los Caídos hace sesenta años, y que los pocos datos sobre su vida que ha ido rastreando Maribel, para hacerlo más familiar y más cercano en su memoria, se complementen pronto con un lugar próximo en donde los restos mortales de su abuelo sean señalados con flores por toda la dignidad de su lucha.

                        DdA, XV/4339                      

1 comentario:

Joaquín dijo...

Gracias por la enseñanza.

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