Hay un libro de Joan Margarit especialmente intenso, titulado Joana, que tiene por motivo y emoción la vida de su hija yéndose. Con toda seguridad no habrá dolor más hondo en la vida del poeta catalán, al que se le acaba de otorgar con todo merecimiento el Premio Cervantes 2019. El poema es un espejo cuyo reflejo nos consuela, piensa Margarit. Joana murió a los treinta años y Joan escribió este breve prólogo para su libro:
De lo que siento
acerca del mañana, lo más parecido a una certeza es que Joana y yo no
volveremos a vernos. Cuán distinta sería la vida si la muerte fuese a esperar
muchos millones de años para podernos encontrar de nuevo, aunque fuese tan sólo
durante unos breves instantes. Pero el abismo que nos separa es el abismo del nunca
más. Los treinta años que hemos vivido juntos son ahora el único contrapeso y
mi tesoro. Fue desde muy temprano una persona muy especial: por una parte –a
causa de sus minusvalías, que le dejaban el amor como única herramienta para
sobrevivir- era incapaz de rencor, de orgullo, de cualquiera de las más ínfimas
señales de la maldad. Por otra parte, la pasión por la vida y su sensibilidad
le permitían entender y utilizar todas las conexiones sentimentales con las
personas. Ser su padre ha significado estar siempre junto a lo más delicado y
bondadoso que puede ofrecer la vida. Esto no quiere decir que haya sido un
tiempo sin dificultades, sufrimiento y ráfagas de desesperación, sobre todo
hasta que la salud encontró el punto de equilibrio necesario dentro de sus
déficits. No hay nada comparable a poder cuidar de una persona a la que se ama,
pero es difícil encontrar a alguien como Joana con quien establecer unas
relaciones a la vez de alegría y una ternura tan profundas que, al cabo de los
años, ya no se sepa quién cuida a quién. El sentimiento que ahora me domina es
el desamparo.
El
mundo sin Joana se parece al que vivimos juntos, pero no es el mismo. Unas
mínimas diferencias me ponen de manifiesto que las personas, los lugares, las
cosas, no son las familiares. Me enfrento, pues, al terror más puro, cuando las
cosas cotidianas no se reconocen y se vuelven amenazadoras. Por eso a veces
lloramos, Mariona y yo, perdidos en el extraño paraje en el que nos ha
abandonado la muerte de nuestra hija. El cuervo de Poe ya no dejará de repetir
dentro de mí su eco Nevermore.
A
Joana le gustaba escucharme recitar sus poemas, los que durante estos años fui
escribiendo para hablar de ella. Ahora le ofrezco este libro, que es,
también, suyo, pero que nunca me oirá recitar. Son los poemas escritos
durante sus ocho últimos meses. Necesito cerrar este tiempo para volver a
encontrar, si es posible, la Joana de antes. Mientras se iba muriendo nos
decía: Soy feliz. Y desde la muerte continúa haciéndonos sentir su consuelo.
Sant
Just Desvern, septiembre del 2001
L'ESPERA
Tantes coses et troben a faltar.
Cada dia està ple d’instants que esperen
les mans petites que, tantes vegades,
van agafar les meves.
Ens hem d’acostumar a la teva absència.
Ja ha passat un estiu sense els teus ulls
i el mar també s’hi haurà d’acostumar.
El teu carrer, durant molt temps encara,
esperarà davant la porta,
pacient, els teus passos.
No se’n cansarà mai perquè, esperar,
ningú no ho fa tan bé com un carrer.
I jo sóc ple d’aquesta voluntat
de ser tocat per tu, mirat per tu.
I que em diguis què fer amb la meva vida,
mentre els dies de pluja o de cels blaus
ja estan organitzant la soledat.
(LA ESPERA
Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbrarnos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.)
DdA, XV/4339
No hay comentarios:
Publicar un comentario